EFE
FILADELFIA, EE.UU..- El legendario Joe Frazier sufrió la humillación personal por parte del más grande de todos los tiempos, Muhammad Ali, cuando ambos se enfrentaron en el cuadrilátero, pero tuvo que morir para comprobar que él en realidad lo admiraba como boxeador y como ser humano.

Frazier se llenó de amargura varios años por los insultos de Ali, pero en el 2009 dijo en una entrevista en la revista Sports Illustrated que lo perdonó.

Ali, pese a la enfermedad de Parkinson que padece, viajó a Filadelfia con su familia para estar presente en la ceremonia religiosa de despedida de Frazier, que falleció la pasada semana a la edad de 67 años.

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Ali observó en silencio el féretro blanco con Frazier en su interior y encima colocado el cinturón de campeón y un par de guantes de boxeo.

Hasta que el reverendo Jesse Jackson, también presente entre las 4.000 personas que acudieron al funeral en Filadelfia para darle el último adiós a Frazier, pidió que se aplaudiese en honor del hombre que siempre manifestó su gran amor por los demás y mostró su alegría permanente.

Ali, a pesar de su estado frágil y tembloroso, se levantó de su asiento y aplaudió con fuerza a Smokin Joe, el púgil que quitó el invicto en su espectacular carrera boxística.

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El púgil más grande de todos los tiempos ya había dicho al conocer el fallecimiento de Frazier, que murió de cáncer de hígado, que el mundo había perdido a un gran campeón y a extraordinaria persona.

Sin embargo, quiso demostrarle a Smokin Joe que, a pesar de los insultos que le dedicaba antes de cada pelea (lo llamó feo, ignorante, gorila), siempre sintió admiración por él y estuvo al lado de sus amigos como el promotor Don King y los ex campeones George Foreman y Larry Holmes. King dijo que tanto Ali, Frazier y Foreman hicieron juntos historia y a Estados Unidos un mejor país.

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King, vestido con una bufanda de la bandera de EE.UU. y llevando otra pequeña en la mano, se acercó a saludar a Ali antes del funeral, lo mismo que hizo Holmes cuando el servicio religioso concluyó con 10 campanadas, el tradicional saludo en los combates de boxeo.