PATRICIA VILLARRUEL
MADRID.- Es posible que el título del debate organizado el martes en Madrid por 'Reporteros Sin Fronteras - España', "Latinoamérica: la información asesinada", pueda parecer alarmista. Pero la presidenta del organismo en el país europeo, Malén Aznárez, no lo cree así.
Si bien el hecho de que Ecuador se haya convertido, en los últimos cuatro años, en uno de los países más restrictivos para la libertad de prensa generó enorme interés entre la audiencia que acudió al salón de actos de la Facultad de Comunicación de la Universidad Complutense de Madrid, no menos interesante fue el relato que sobre la situación en sus naciones hicieron los representantes de Colombia, México y Honduras.
En lo que va de año, dieciséis periodistas han muerto en estos tres paíseS. En el 2010 sumaron 25.
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Claudia Mendoza explicó cómo el "escenario de violencia y crimen en Honduras ha llevado al sicariato de la libertad de expresión". Hace unas semanas, tras seis años al frente de 'Revistazo.com', se vio abocada a renunciar a su trabajo por las presiones e intentos de manipulación que sufría.
En el 2006, una empresa de seguridad plantó una querella contra su equipo de investigación. Uno de los abogados que trabajaba en el caso murió asesinado.
La mexicana Rosa Isela Pérez y el colombiano Herbín Hoyos han terminado exiliados en España por las amenazas.
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La primera investigó durante una década los casos de violencia contra mujeres en Ciudad Juárez. Un día debió abandonar su casa con lo puesto. Le acusaron de manchar la imagen de la ciudad por denunciar los feminicidios. Hasta debió soportar un boicot laboral.
Hoyos, en cambio, fue secuestrado por las FARC en 1994. De su experiencia en cautiverio nació el programa "Las voces del secuestro". Lo que nos une, declaró en la mesa redonda, "es la denuncia de la corrupción que existe en las instituciones de nuestros países".
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Una de las investigaciones de Hoyos permitió sacar a la luz las falsificaciones de pruebas que la DEA efectuaba para extraditar a latinoamericanos a EE.UU. Después de sufrir seis atentados, huyó de Colombia.
No corren, en definitiva, buenos tiempos para la libertad de prensa en la región. "A los asesinatos, encarcelamientos o presiones por las mafias, ejércitos, guerrillas o extremistas religiosos se unen unas peligrosas actuaciones, más novedosas, protagonizadas por gobiernos elegidos en las urnas y que dicen llamarse democráticos", sentencia Aznárez.
