En los graderíos del estadio Olímpico Atahualpa o al pie de una pantalla de televisor. Cientos de miles de ecuatorianos tenían una sola esperanza: que Ecuador llegue por primera vez a un Mundial de fútbol. Lo esperaron por 72 minutos, hasta que el milagro se concretó.

Jaime Iván Kaviedes, entonces de 24 años, concretó el sueño de todos los ecuatorianos. Al enviar el balón al fondo de la portería de Fabián Carini no solo consiguió el empate ante Uruguay (1-1) sino que fue protagonista del, hasta ese momento, episodio más importante en la historia del fútbol nacional.

“Gracias a Dios estamos en el mundial de fútbol y ha sido fruto de dos años de trabajo y sacrificio entre muchas personas. Quiero dedicarle este mundial a todo el país. A todas las personas que siempre confiaron en nosotros. A aquellos que nos acompañaron en las buenas y en las malas”, afirmó Kaviedes tras el encuentro, disputado el 7 de noviembre del 2001.

El 'Nine' se refirió al proceso que la Selección realizó bajo el mando del colombiano Hernán Darío Gómez y que encontró su recompensa esa tarde fría de la capital, donde más de 40.000 personas fueron testigos de la clasificación. Al final, el reporte de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, daba cuenta de una recaudación récord, 1'217.095 dólares.

Un gol que eriza la piel
Agustín Delgado bordeando el área uruguaya, pero los charrúas sabían lo peligroso que era el 'Tín' y por eso lo marcaron con dos de sus elementos.

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Entonces, el exdelantero de la Tricolor y su mayor artillero (40 goles), vio a Álex Aguinaga ingresando a ese sector y le pasó el balón; de inmediato el 'Güero' dio un perfecto pase y Kaviedes saltó para enviarla al costado izquierdo de la portería de Carini y marcó.

La euforia no fue solamente por lo que ese gol significaba, sino que tenía un ingrediente especial, porque Uruguay se adelantó en el minuto 43, tras un penal que cobró Nicolás Olivera.

“El partido se nos puso difícil en algunos momentos, pero el equipo mostró fuerza y no desmayó en su intento por alcanzar el gol, que nos lleve a la clasificación. Este día es inolvidable para mí. Esta victoria dedico a mi familia y a todos los aficionados que nos apoyaron siempre”, expresó Aguinaga, quien había entrado por Raúl Guerrón.

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Los protagonistas, una década después
'Bolillo' Gómez fue el último técnico de la Tricolor en el siglo XX y el primero de este milenio. Contratado en 1999, el colombiano continuó el proceso iniciado por su coterráneo Francisco Maturana en 1995 y mantenido por los nacionales Polo Carrera y Carlos Sevilla.

Tras su salida en el 2004, la Tricolor fue dirigida por otro colombiano: Luis Fernando Suárez, quien alcanzó la segunda clasificación consecutiva en Alemania 2006; en ese torneo el equipo ecuatoriano llegó por primera vez a octavos de final.

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Kaviedes fichó por el portugués Porto, tras lo cual regresó a Barcelona Sporting Club por un tiempo, partió al Celta español y luego pasó por Puebla, Deportivo Quito, Crystal Palace, Argentinos Juniors, El Nacional, Liga de Quito, Macará y actualmente en El Nacional, donde tiene seis goles.

Aguinaga se retiró en el 2005 con Liga de Quito, luego de continuar con su éxito en el Necaxa (donde es considerado un referente) y Cruz Azul mexicanos. Este año probó suerte como director técnico en Barcelona, pero solo duró tres meses en el cargo.

'Tín' Delgado también militaba en Necaxa y tras la clasificación, lo fichó el Southampton de la Liga Premier. Regresó en el 2004 al país, para jugar con Aucas; luego se fue al mexicano Pumas y volvió a Barcelona, Liga de Quito y Emelec, donde se retiró en el 2009. Actualmente preside el club Valle del Chota, que milita en la Serie B.

Francisco Cevallos es ahora Ministro de Deportes, luego de retirarse en Liga de Quito, donde alcanzó el Campeonato Nacional 2010 y las Copas Libertadores 2008, Sudamericana 2009 y las Recopas 2009 y 2010. También logró el segundo lugar en el Mundial de Clubes 2008.

Otros baluartes

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Al final, un gol y una clasificación que encendieron la fiesta en un país que quedó marcado por ese partido, cuyo pitazo final desató la euforia desde las gradas del Atahualpa.