La Serie Mundial se alargó al sexto partido, que se juega hoy en San Luis, con ventaja 3-2 para los Rangers, pero los tres jonrones que disparó en Texas Albert Pujols, de los Cardenales, en el tercer encuentro, le sirvieron para entrar en la historia del béisbol.

Los dos primeros partidos del clásico de octubre fueron estupendos en la labor defensiva, con jugadas brillantes y espectaculares que respaldaron el trabajo de los lanzadores de las dos novenas. Los marcadores lo reflejan todo. El primero fue una victoria 2-1 para los Cardenales y el segundo 3-2 para los texanos. En ambos se evidenció la labor de estrategia y contra estrategia de los mánager.

El tercer encuentro se caracterizó por una ofensiva incontenible con un total de 23 carreras anotadas y 28 hits, entre ellos los tres “bambinazos del primera base dominicano José Alberto Pujols Alcántara.

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Los deportistas deben tener un rápido poder de recuperación. En el juego anterior Pujols fue s criticado por un error defensivo. Al final de aquel compromiso, Pujols no quiso dar declaraciones, pero el sábado anterior, en tercer juego, reapareció con el bate y de muy buena manera.

Cuando los Rangers amenazaban acortar el marcador del tercer juego, Pujols disparó cuadrangular de 131 metros. En el séptimo episodio despachó segundo batazo de vueltas completas de 129 metros y en el noveno turno la sacó nuevamente por el jardín izquierdo con otro largo batazo de 128 metros para sumar su tercer jonrón en un mismo juego y entrar en la historia. Su equipo se impuso 17-6.

El legendario Babe Ruth, de los Yankees de Nueva York (en 1926 y 1928, ante Cardenales) y Reggie Jackson (en 1977, contra los Dodgers), también de los Mulos, que se ganó el sobrenombre de Mr. Octubre, eran los únicos que habían logrado conectar tres jonrones en un solo partido del Clásico de Otoño.

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Lo de Pujols (31 años) no debe sorprender a muchos, pues siempre está entre los mejores bateadores de la temporada. Ha sido designado en nueve oportunidades para el Juego de las Estrellas, en tres ocasiones fue declarado Jugador Más Valioso y en el 2006 ya ganó el título máximo con los Cardenales, pero nunca había logrado la gloria de haber disparado tres vuelacercas en una Serie Mundial, honor que solo dos peloteros, que están en el Salón de la Fama, habían conseguido.