Atractivo comienzo de Eliminatoria, vibrante, con mejor fútbol del esperado, menos áspero, menos cerrado, más generoso y abierto. Y 15 goles. Que pudieron ser 20 si Perú y Ecuador anotaban todos los que derramaron fuera de los palos. Curioso contrasentido: el juego tuvo el ardor que caracteriza esta competencia, aunque resultó notablemente más poético y vivaz que el de la Copa América.