Estamos con la Selección ecuatoriana y le deseamos la mejor de las suertes. No puede ser de otra manera. Es, en muchas formas, un pedazo de nuestras alegrías y tristezas futboleras, son aquellos que nos hacen sentir orgullosos cuando ganamos, e indignados cuando perdemos.

Los combinados nacionales que jugaron en Copas América (excepto por un par de cuartos puestos, pero en cambio muchas veces peleábamos la cola) y eliminatorias anteriores generalmente no nos dieron gratos recuerdos. Poco a poco las palizas fueron cada vez menos frecuentes y por allí aparecieron juegos más disputados hasta que, cambiado el formato de la eliminatoria mundialista clasificamos a las Copas del Mundo de Japón-Corea 2002 y luego a Alemania 2006.

¿Cómo eran los pasados formatos?, me preguntó más de un joven. Se los cuento. Al primer Mundial, en Uruguay en 1930, nos invitaron y no asistimos; gracias a Dios, porque nos habrían goleado. Simplemente no aceptamos la invitación. No fuimos a los torneos de Italia 1934 y Francia 1938 porque tampoco hicimos méritos para que nos inviten. Igual que al Mundial de Brasil, en 1950.

Publicidad

Recién para el certamen de Chile 1962 Ecuador debutó en la eliminatoria, con Argentina, directamente perdiendo ambos encuentros (en Guayaquil 3-6, y en Buenos Aires, 5-0). Luego, para Inglaterra 1966, jugamos otra eliminatoria con Chile y Colombia y clasificaron los araucanos, aun cuando Ecuador jugó brillantemente. No fuimos y fue así sucesivamente, hasta que llegó el formato de todos contra todos y fuimos a dos mundiales.

Atentos, no solo por el sistema de 18 juegos por país y porque somos locales en la altura fue que obtuvimos el derecho, también porque el balompié nacional progresó verticalmente en lo físico y técnico.

La no clasificación a Sudáfrica 2010 nos dejó desilusionados y tristes porque pudimos haberlo conseguido, pero en algunos detalles no maduramos. En fin, es historia reciente, hay que ver si ahora mantenemos ese progreso, o retrocedimos.

Publicidad

Hace catorce meses se contrató al director técnico Reinaldo Rueda, que había conseguido llevar a Sudáfrica con el seleccionado de Honduras y ello, básicamente, fue de uno de puntos para su contratación.

Los juegos preparatorios no resultaron agradables ni plenamente satisfactorios, y además asistió a la Copa América 2011 donde no se dio pie con bola e hicimos un papelón.

Publicidad

Antes de viajar a Argentina, el colombiano se puso el parche antes de sufrir la herida declarando, textualmente, “la prioridad es el Mundial 2014”. Llegamos a este primer juego con Venezuela, ante quien, en las dos penúltimas eliminatorias, no nos fue bien en resultados, especialmente la última, donde nos ganaron en Quito y Caracas y no asistimos a Sudáfrica.

Venezuela nos ganó en la Copa América y tuvo una destacada actuación, como nunca antes. Y ese optimismo de los llaneros los lleva a practicar en ciudades de altura para no dar ventajas. Venezuela ha progresado como antes lo hizo Ecuador y será un juego difícil.

Persiste una incógnita: ¿Cómo está realmente nuestra Selección? No lo sabemos. Pero después de este primer juego tendremos por lo menos una idea más cabal. O estamos bien, o tenemos que rectificar.

La asistencia del público será un buen termómetro. Si llena el Olímpico Atahualpa es porque le tiene fe a la Tri; caso contrario, huele a mal desempeño.

Publicidad