AFP
BRASILIA, Brasil.- La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, se reunirá el lunes en Bruselas con el jefe de la FIFA, Joseph Blatter, en medio de los desacuerdos con el organismo en torno al proyecto de ley que regulará el Mundial de Fútbol 2014.

Si bien el gobierno intenta minimizar las diferencias con la FIFA, la prensa prevé unas negociaciones de alta tensión entre las partes sobre la norma que fue enviada para su aprobación al Congreso el 19 de septiembre.

"Tengo tal certeza de que cumplimos con todo aquello con los que nos comprometimos, que tenemos agendado un encuentro entre la presidenta y la dirección de la FIFA", señaló el ministro de Deportes, Orlando Silva, en una nota de prensa divulgada por su despacho.

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El ministro no dio detalles del encuentro, pero se da por hecho que el tema dominante será la ley que fija las competencias de la FIFA en la Copa Confederaciones 2013 y el Mundial 2014.

La iniciativa reconoce a la máxima autoridad del fútbol como "titular exclusivo" de los derechos de imagen, sonido y otras formas de expresión de la Copa, y plantea sanciones pecuniarias y hasta un año de prisión para la reproducción ilegal.

Sin embargo, para la FIFA las "sanciones previstas no son suficientes" para disuadir "la práctica de la piratería, principalmente la de gran escala", señaló el diario Folha de Sao Paulo sin citar fuentes.

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El ministro de Deportes reconoció en un programa deportivo que "en uno o en otro tema puede haber divergencias".

"Sin embargo, trabajamos para tener una relación armónica. Brasil es el mayor interesado en el éxito de la Copa, porque es la mayor plataforma de promoción del país en los próximos años", indicó Silva en la nota.

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Otro de los puntos que, según la prensa, incomoda a la FIFA es el relacionado con los precios de las entradas por cuanto el proyecto deja en firme una ley del consumidor que reduce al 50% el ingreso a eventos deportivos para los brasileños mayores de 60 años.

"La Ley general de Copa no suspende o hace cualquier mención a ese estatuto, limitándose a afirmar que la FIFA será la única entidad responsable por la determinación de los precios de los ingresos", recuerda Folha.

El periódico brasileño asegura que la entidad rectora del fútbol llegó a plantear la suspensión del estatuto del consumidor durante el Mundial, a lo que "se negó rotundamente la presidenta".

El viernes, el ex mandatario Luiz Inacio Lula da Silva, bajo cuyo mandato Brasil obtuvo la organización de la Copa, aludió a la controversia sobre la propuesta al margen de un seminario en Londres.

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"Considero muy difícil que la FIFA decida tener un desacuerdo por un proyecto de ley aprobado de forma soberana por un congreso nacional (...) Ningún país del mundo va a renunciar a su soberanía" por los intereses de una entidad, afirmó Lula a los periodistas.

Brasil trabaja para poner a punto su infraestructura deportiva, hotelera y de transporte para recibir el próximo Mundial de Fútbol y los Juegos Olímpicos 2016, en un desafío no exento de críticas por el retraso de las obras.

El gobierno, que asegura que tendrá todo listo para la cita, recibió hace unas semanas el voto de confianza de la FIFA, que en su momento criticó el avance de la organización.