Su nombre es Génesis. Tiene 9 años. Estudia como muchas niñas en el séptimo curso de educación de básica con la señorita Janet, de la escuela fiscal Carlos Pérez Perasso y vive en el Cerro Redondo, en el cantón Durán.

Es de piel negra. Un moño redondo adorna su cabellera y su cara la amplía y gran sonrisa que nos regala a cada instante nos muestra su blanca dentadura.

Hasta aquí, nada extraordinario. Niñas como Génesis hay millones en todo el mundo. Pero es que además de estudiar, y pese a su corta edad, practica deportes organizados, como en el béisbol y el softbol.

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Juega muy bien la primera base y el campo corto del equipo Yankees, y en el partido final por la disputa del campeonato en su categoría, disparó un jonrón, un triple y un sencillo, razón por la que fue elegida la Jugadora Más Valiosa. Ella fue factor vital para ganar el título del torneo llamado José Freire, en la Liga de El Recreo.

Génesis irradia simpatía por todos los lados. Fue elegida en su escuela la Niña de Deportes. Fue escogida como madrina de los equipos de béisbol de El Recreo en la ceremonia de inauguración del 37º campeonato de la Liga Miraflores y arrancó muchos aplausos.

Se podría decir que lo descrito en líneas anteriores es una acción muy destacada de esta niña de extracción popular, cuya historia no termina ahí. Génesis además de estudiar, hacer deporte organizado también trabaja. ¡Qué! ¿Cómo es esto posible?

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Sí, señores. Como usted está leyendo. Esta niña que más bien debería estar haciendo tareas en casa, realizando juegos recreativos o, en el mejor de los casos, leyendo un texto o un cuento, por la falta de paternidad responsable sale a ganarse el pan junto con su madre y cinco hermanos más.

Ellos elaboran figuras con globos que se venden en las calles y cuando el negocio se pone malo se dedican a limpiar parabrisas de los carros a la subida del puente de Durán-Guayaquil, con todos los riesgos y complicaciones que significa esta dura tarea en la calle.

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Es inaceptable que los niños trabajen. Lo de Génesis es un ejemplo de coraje, pero de vergüenza también. ¿Cómo es posible que una niña que después de asistir a clases en su escuela, hacer deporte en El Recreo no vaya a su casa a descansar y a hacer sus tareas escolares?

Ella tiene que salir a buscar el pan para contribuir a la economía de su familia.

El Ministerio de Inclusión Social debe actuar inmediatamente y proteger a la estudiante, deportista y trabajadora Génesis y toda su familia. Debe incluirlos en sus programas para mejorar su calidad de vida, protegerlos y sacarlos de esta situación tan dura.

Génesis, la perla que estudia, practica deporte atrapando y bateando una pelota blanca, y trabaja en las calles de Durán para ganarse el sustento diario, merece un mejor trato social.

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