Por Jorge Barraza (jbarraza@uolsinectis.com.ar)
.- Inmediatamente después de la Copa América nos zambullimos durante 23 días en el excelente Mundial sub-20 hospedado por Colombia. Vimos una porción importante de partidos. La sempiterna facilidad (y vocación) para el gol de los brasileños. El fútbol defensivo y rocoso de los portugueses (llegaron a la final sin goles en contra). La ilusión colombiana que chocó de frente y a velocidad contra el muro mexicano. El insólito equipo inglés, que se marchó del torneo sin alcanzar la red adversaria.