En la constante búsqueda de conocimiento, a través de libros, revistas o películas, encontré un video subido a YouTube por el nadador mexicano José Pablo Navas, de una autora desconocida. Cuando lo escuché parecía que lo hubiera escrito yo. Inserté en él una u otra cosa de mis vivencias para compartirlo con ustedes.

Loco es quien vive en su mundo. Personas que son diferentes de los demás, que han perdido la razón. Y tú, ¿estás loco? Yo, sí lo estoy. Desde hace mucho tiempo me di cuenta de que era diferente a los demás. Lo mejor de todo era que había otros que tenían los mismos síntomas que yo.

Cuando decidí entrenar mis primeros 24 kilómetros diarios, los que me conocían me dijeron que eso era algo fuera de lo normal. Al constatar que no asistía a fiestas, me decían que estaba demente, porque entrenaba los fines de semana que estaban hechos para actividades sociales y para descansar.

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Pero cuando son las 05:00 de la madrugada en la residencia universitaria y estamos a menos de 25 grados, la nieve te da a la rodilla y tienes que caminar 20 minutos para llegar a la piscina para entrenar, tus compañeros de dormitorio te miran por la ventana. Ellos piensan que te falta un tornillo.

Cuando entrenas trece sesiones a la semana has nadado 156 km y sientes que no es suficiente, que falta más. Cuando en mi bolso de viaje siempre hay un traje de baño y lentes para nadar, así vaya al desierto del Sahara; cuando encuentro un libro, una revista o unos videos de competencias o de estilos, me quedo como hipnotizado.

Aunque esto dure solo unos pocos minutos las otras personas a nuestro alrededor no le dan importancia, pero para nosotros es nuestra vida. Soy un loco porque encontramos en este deporte sordo y mudo nuestra identidad.

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Este se practica en un hueco lleno de agua de 25 o 50 metros, con líneas negras pintadas en el fondo que miras durante horas. Sobre ellas, y al final de cada pared, damos cientos de vueltas.

Soy un loco que piensa que participar es más importante que ganar, que cuando llegas detrás de otro nadador esto te da una razón más para entrenar más duro y más fuerte. Soy un loco que quiere pasar su vida bajando segundos cada vez que nada. Cuando en la competencia el juez dice ‘a sus marcas’... y suena el disparo, toda la adrenalina acumulada en tu cuerpo explota propulsándote por los aires. antes de caer al agua.

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Soy un loco porque cuando estoy de viaje gasto más en trajes de baño, lentes, paletas o pull boys que en ropa, zapatos o corbatas. Lo hago porque he descubierto que la natación no es un deporte, es una forma de vida. Mi vida reside en el club, mi corazón en la pileta, mi espíritu en el agua; no soy como las demás personas. Por eso estoy loco, pero me alegra saber que en este mundo no estoy solo, que hay muchos como yo. Y tú, también ¿estás loco?