Ahora más que antes, la afición de Barcelona quiere ver en acción al argentino-austriaco Aldo Duscher, refuerzo canario, en el Clásico del Astillero de este domingo; así ya lo ha comprobado el propio jugador.

Duscher (32 años), quien llegó el pasado 28 de julio como último fichaje de los toreros para la segunda etapa, aún no ha debutado en el campeonato nacional, pero su posible participación en el duelo contra Emelec genera mucha expectativa en la afición amarilla.

“Los hinchas quieren que juegue de una vez. Pero bueno, ya va a haber tiempo; quedan un montón de jornadas por delante y me van a ver”, explica Aldo, cuando en las calles de Guayaquil se encuentra con seguidores canarios que le piden que ya actúe, según confiesa.

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Aunque Duscher se siente ya “disponible” para las órdenes del técnico Luis Zubeldía, advierte que solo el entrenador tendrá la última decisión para ser considerado o no para el Clásico del Astillero.

“Yo me estoy sintiendo muy bien, la verdad es que estoy agarrando ritmo rápido, solo me falta jugar... Después él (Zubeldía) que decide si juego o no ante Emelec”, anticipa el centrocampista proveniente del club Espanyol, de Barcelona.

“Si me toca (jugar el Clásico), trataré de hacerlo bien y que el equipo gane, porque es el partido que todos esperan. Si se gana este juego es un plus de confianza que obtiene el equipo , es muy importante, lo importante también es que estamos bien y ojalá que logremos un buen resultado”, aspira Duscher.

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Mayor que el técnico
Al final de cada práctica de Barcelona, el técnico Zubeldía (30 años) mantiene un diálogo prolongado con Duscher, su amigo y compañero de selecciones menores de Argentina.

Esa amistad con el entrenador hace que la relación jugador-técnico sea “distinta”, admite Duscher, quien revela que es la primera vez que lo dirige un DT menor que él.

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“Somos casi de la misma edad, yo un poco más grande (sonríe), pero ya lo conozco hace mucho, desde chico. Él (Zubeldía) habla siempre mucho conmigo, se trata de analizar bien las cosas. Yo lo escucho. Él también siempre quiere saber cómo me encuentro”, confiesa el futbolista que actuó durante 13 años en Europa.

Pero más allá de la amistad, “uno capta sus órdenes, porque él es la máxima autoridad del grupo”, asegura Duscher.