“Hace quince años (estaba) desayunando para ir al último entrenamiento antes de competir”. Así comenzó el medallista olímpico Jefferson Pérez su relato en Twitter sobre cómo vivió la hazaña de conquistar la primera presea de oro para Ecuador en los JJ.OO. de Atlanta, un 26 de julio de 1996.

En su cuenta @jeffersonperezq, el exmarchista recordó entre el lunes pasado y ayer, cómo llegó a ser el mejor atleta del mundo, vicisitudes y alegrías.

Su primer inconveniente fue conseguir uniforme, un día antes de la competencia por los 20 km marcha, “porque no tenían en la delegación ecuatoriana”.

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Entre las anécdotas, Jeff contó que su hermano Fabián “quería comprar un llavero de la medalla. Entonces respondí: no compres que mañana nos llevamos una de verdad”.

El día de la carrera, el exatleta le contó a su entrenador Enrique Peña, que prefería portar el número 7 en lugar del 1.326.

Peña le respondió que la suma de cada dígito era 12, lo que significaba que ganaría en 1h20m, lo que al final ocurrió. “El siete aparecería al terminar la competencia”, dijo Pérez en relación a los 7 segundos.

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La oración y las enseñanzas de su madre, Lucrecia Quezada, fueron los pilares que le ayudaron a llegar a la meta, dijo el medallista cuencano.

“Gracias, mi Dios, por aceptar mi ofrenda. Esta vez no te fallé, mi Ecuador”, concluyó Pérez.

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Hazaña: Relato
Jefferson Pérez
MEDALLISTA OLÍMPICO
“Ya puedo observar la puerta de ingreso al estadio y un señor tiene una bandera. ¡Qué hermosa es mi bandera!”.