Por Jorge Barraza (jbarraza@sinectis.com.ar)
.- Para Perú fue lindo mientras duró... Pero Suárez rompió el encanto. Despertó abruptamente a un país que soñaba con un domingo de gloria. Sin embargo, el choque con la realidad no logra empañarle a Perú lo vivido, lo logrado (jugar los seis partidos, el podio), la reconfortante experiencia de saber que está de vuelta. No le da para bailar a nadie, tampoco para hacer papelones. Como comienzo, es auspicioso. La incaica ensoñación se truncó frente a un equipo hecho. Y derecho. La gran obra futbolística del maestro Óscar Tabárez, ahora sí candidato indiscutible al título en esta Copa América. En la gélida noche de La Plata, a Perú le quedó todo en el haber, alegrías, certezas, ilusiones, nada para lamentarse. Es uno de los que está de vuelta, como Colombia, como hace cuatro años fue Chile.