A sus 90 años (cumplidos esta semana), el expresidente de la República, Sixto Durán-Ballén Cordovez, recuerda con claridad los momentos que han marcado su vida personal y, sobre todo, política. A cada hecho que cuenta agrega una anécdota, por lo general jocosa y asegura que es precisamente esa actitud frente a la vida lo que le ha permitido mantener la mente lúcida. En su hogar, ubicado en el norte de Quito, muestra con orgullo varios cuadros, uno de ellos data del siglo XIX. Además caricaturas donde aparece un pariente suyo como intendente y también como alcalde encargado de Guayaquil, con un cigarro en la mano, y confiesa: “Yo también sigo fumando mi cigarro luego del almuerzo, es algo hereditario”.