“¿Cómo salen Uruguay y Argentina?”, pregunta un hincha. Es virtualmente imposible anticipar un resultado, más con las equivalencias del fútbol actual. Los partidos pueden definirse por detalles. Una marca no debidamente ajustada, un delantero que se va y desnivela un juego parejísimo. El infortunio de un rebote que descoloque al arquero en un tiro libre; esa mano instintiva que se transforma en penal… El jugador que llega a destiempo, comete falta y ve la tarjeta roja, deja a su equipo con diez y se desnivela el trámite.