Allá arriba, en Jujuy, a 1.654 kilómetros de Buenos Aires y a 4.047 de Usuahia, en la otra punta de la vasta patria de San Martín y Borges, allá donde la Argentina se hermana del todo con Bolivia y nuestros compatriotas comparten origen e identidades con sus vecinos de frontera, seguirá hoy la Copa América. En cancha de Gimnasia y Esgrima, el Lobo Jujeño, continuará su feliz andadura la Copa América. La nueva Colombia de Falcao García y Teófilo Gutiérrez (deténganse en él, un atacante valiente, con clase y con gol), intentará iniciar su camino con el pie derecho.

Bolillo no las tiene todas a favor en su país. Genera anticuerpos, recibe críticas fuertes y lo están esperando. Por eso acaba de anunciar “si no paso la primera fase me voy, sería un fracaso y renuncio”. De veras sería pobre no sortear la primera valla en un grupo compartido con los excelentes jugadores que Colombia tiene ahora.

Recordar que clasifican a cuartos de final los primeros dos de cada grupo y los dos mejores terceros. Y para entrar tercero hacen falta cuatro puntos. No parecen tantos.

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Que la Copa pueda hacer saltar técnicos significa que se la toma con la seriedad que amerita. No es un torneo experimental o de compromiso, se viene a ganar, a lograr una buena figuración, a pelear arriba, a defender prestigios.

* Un Neymar bien brasileño. Que la principal estrella que presenta Brasil en la competencia sea un jugador que actúa en su país es un motivo de alegría para todos. Y que algo está mutando para bien. Estamos acostumbrados a que todas las figuras provengan del otro lado del agua. Neymar está marcando un hito. Aun después de su impactante irrupción en el plano internacional, Santos ha logrado blindar al jugador, pagándole un fortunón de corte europeo. Le hicieron contrato hasta el 2015. Y sigue en su país. Pero es mérito esencial de Luis Álvaro de Oliveira Ribeiro, el presidente santista, un dirigente excepcional a quien dedicaremos una columna exclusiva. Nos referiremos a él en cuanto la Copa nos dé un respiro.

* Todo listo. El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli en persona, hizo el reconocimiento del césped del estadio de La Plata anteanoche. El coliseo es maravilloso, aunque había grandes dudas con el estado del campo. Por eso se prohibió que Estudiantes y Gimnasia jugaran allí en los últimos dos meses para restaurarlo y dejarlo impecable para el estreno de Argentina y Bolivia. “Está óptimo”, dijo.

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* Un ejército de voluntades. El presidente del Comité Organizador de la Copa América, José Luis Meiszner (también es presidente de Quilmes, club que descendió junto con River, Huracán y Gimnasia) informó que un total de 1.000 personas, sumadas todas las 8 sedes, han trabajado o trabajan para esta Copa América de parte del país anfitrión. Unas 200 más aporta Traffic, la empresa brasileña poseedora de los derechos comerciales. Y unas 50 la Conmebol entre comisarios deportivos, oficiales de juego, prensa, etc. A ello deben sumarse 3.500 voluntarios, escogidos entre 14.000 postulantes. Un buen reflejo de lo que exige organizar la Copa hoy.

* Proyección. Desde la reformulación de la Copa América en Argentina 1987, el interés por el certamen ha ido en franco ascenso. En aquella oportunidad 45 países adquirieron los derechos de televisación. Que pasaron a ser 52 en Brasil 1989, 62 en Chile 1991, 108 en Ecuador 1993, 130 en Uruguay 1995, 141 en Bolivia 1997, 153 en Paraguay 1999, 164 en Colombia 2001, 175 en Perú 2004, 187 en Venezuela 2007 y ahora 198. Pero, además, Youtube ha comprado los derechos, por lo cual uno podrá ver las imágenes en cualquier parte del planeta simplemente conectado a internet. En el mar, en el desierto de Sahara o en el Himalaya. La audiencia acumulada para esta edición está estimada en 4.500 millones de televidentes.

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* Más River. El descenso de River sigue dando coletazos en la Argentina. Ha sido un tema nacional en el que se intenta incluso involucrar a la presidenta de la nación. Daniel Passarella, titular millonario, le solicitó públicamente una audiencia para pedir clemencia oficial por los desmanes, que podrían significarle 20 fechas de suspensión a su estadio y una quita de 18 puntos en el próximo torneo nacional “B”. Olé, el influyente diario deportivo del país, puso otra vez a River en portada. Desde una foto gigante, Matías Almeyda, capitán hasta la semana pasada y nuevo técnico, declara: “Ojalá pueda devolverle la sonrisa a River”. Es como pesado, ya. La Nación, más racional, prefirió dar vuelta la página y habló de la Copa América: ‘Detrás de un sueño’, tituló sobre una foto de Messi, Tevez, Mascherano y Lavezzi. River sigue sin aceptar que se fue.

* Alargue y penales. Ayer quedaron claros dos aspectos reglamentarios interesantes. 1) Los 23 jugadores inscriptos por cada país están habilitados para jugar. Es decir: aparte de los once titulares, los otros doce van al banco en calidad de sustitutos. 2) Desde cuartos de final en adelante, si se registran empates habrá alargue y luego penales. Por primera vez se introduce la figura del alargue.

Todo esto si el volcán Puyehue lo permite. No le gusta el fútbol al Puyehue y lo boicotea con cenizas. Ha puesto en jaque al torneo desde hace un mes. Ayer estaban de nuevo suspendidos los vuelos en los aeropuertos argentinos. El Aeroparque porteño estaba tapado de cenizas al mediodía. Al menos los doce equipos participantes ya están en suelo argentino. Puyehue, ¡¡¡queremos fútbol…!!!