La de 1916 era una Buenos Aires opulenta, cosmopolita y elegante, de calles empedradas y negocios coquetos. Una urbe al sur del sur que rivalizaba con París, Londres, Berlín, Nueva York. Tres años antes había inaugurado su primera línea de subterráneos. El puerto era un hervidero y los ferrocarriles ingleses partían de la metrópoli abriendo surcos en todas las direcciones. Un ritmo nuevo, cadencioso y propio tomaba forma con el nombre de tango y un jovencito de 19 años llamado Carlos Gardel estaba a punto de grabar su primer éxito en el género: Mi noche triste. Esa Buenos Aires progresista, romántica e inmigrante dio vida a la primera Copa América de la historia. Se invitó a Brasil, Chile y Uruguay. Y se puso un escenario acorde: el magnífico coliseo de Gimnasia y Esgrima, en Palermo.

Noventa y cinco años después de su primera edición, cuando los hinchas aún eran apenas tímidos simpatizantes y asistían con terno y sombrero y no con camisetas y gorros de colores, cuando nadie gritaba ni alentaba, apenas aplaudía una lucida acción, vuelve la Copa América a la Argentina, la cuna donde vio la luz. Y vuelve con un fulgor extraordinario, semejando más a un mundialito que a un sudamericano.

¿Será la mejor Copa América de la historia…? Es una frase seductora, y estamos tentados. Potencialmente, es una de las ediciones que más ilusionan de la legendaria competencia. Apenas nos asalta una duda: ¿reducirá el frío austral de julio, comúnmente con marcas bajo cero, el calor de los hinchas en las tribunas…? ¿Menguará el rendimiento de los jugadores…? La temperatura es quizás la única incertidumbre que despierta la competencia. Para hoy, comienzo de mes y jornada inaugural de la Copa, el pronóstico es 1 grado de mínima, que seguro se dará cuando arranque el choque Argentina-Bolivia, 21:45 hora local. Para mañana se prevée un clima idéntico y para el domingo cero grado de mínima. Y sin sol. El viento, habitualmente inclemente en estas fechas, es otro factor inquietante.

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Fuera de ello, están todos los ingredientes conjuntados para ver la mejor Copa América de todas. En primer lugar, Europa está minada como nunca de talentos sudamericanos en este momento, y no sólo argentinos y brasileños, los hay uruguayos, chilenos, colombianos, ecuatorianos, peruanos, hasta venezolanos… Todos estarán en Argentina 2011. Desde Messi a Neymar pasando por Antonio Valencia, Falcao García, Alexis Sánchez, Diego Forlán o Paolo Guerrero.

Justamente de allí surge el segundo tópico que hace tan atractiva la cita: los entrenadores de los diez países de Sudamérica han dispuesto traer el máximo potencial al torneo. En dos meses largará la Eliminatoria y nadie quiere empezar con crisis, dudas ni descréditos. Aparte, los técnicos saben que será la única posibilidad en cuatro años de tener 40 días juntos a sus mejores futbolistas. Imperdible ocasión para convivir, practicar, experimentar.

La disputa fijada ahora cada cuatro años eleva también la expectativa del torneo: hay ganas de Copa América.

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Y aún está fresco el último Mundial, las actuaciones de Uruguay, Paraguay y Chile en Sudáfrica generan enorme interés. Se anuncia que miles de hinchas de estos países inundarán Mendoza, San Juan, Córdoba, Salta, Santa Fe… Los hoteles y los vuelos están con las reservas colapsadas.

Mirando a las tribunas, Argentina es el país más pasional del mundo en fútbol. Por mucho. La gente come fútbol las 24 horas del día y cada argentino es un director técnico. Los estadios estarán a tope. Apenas salieron a la venta las entradas, volaron. Los 26 encuentros tendrán un marco multitudinario. Ver fútbol en la Argentina es una experiencia fuerte, intensa.

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Los estadios serán otro de los encantos de esta 43ª edición. Venezuela puso muy alta la vara en materia de escenarios y Argentina ha aceptado el desafío. Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Mendoza, San Juan, Salta y Jujuy, las provincias elegidas sede, han destinado fondos importantes para ampliar y remodelar completamente los recintos. El epicentro será el coliseo de esta noche: el Ciudad de La Plata, concluido y estrenado en marzo, que aglutina calificativos: espectacular, sorprendente, innovador. 

En el mes de julio no habrá ningún otro torneo internacional de mayores en el mundo. La temporada europea estará de receso, por lo cual los focos del planeta fútbol apuntarán a la Copa América y 198 países compraron los derechos de TV. Esto realzará su repercusión.

Por último, Argentina es un país de grandes bellezas que recepta tres millones de turistas por año. Buenos Aires es un imán. “El lugar donde se juega es otro atractivo. Con todo respeto, no es lo mismo una Copa América en la Argentina que en otros países”, dijo Sergio Markarián, técnico uruguayo de Perú.

¿Quién se lleva la corona…? Desde luego, Argentina es candidata por localía, por tradición… y por Messi. Brasil por sus siempre notables jugadores y porque es el gran vencedor de los últimos 20 años. Y Uruguay, que presenta una formación fantástica, pródiga en nombres importantes, atacantes con gol y el ya clásico equilibrio que propone el Maestro Tabárez. ¡Atención a Uruguay…!

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¿Y después? Chile, Paraguay, Colombia y Ecuador aparecen en una misma línea, con figuras, trabajo, entrenadores. Pareciera que el pueblo ecuatoriano le bajó el pulgar de antemano a Reinaldo Rueda. Pero la competencia oficial, para él, comienza el domingo. No hay que adelantarse.

Está todo dado para una Copa inolvidable. Falta que ruede la número cinco. Y que esté a la altura de la ilusión.