En un partido lleno de emociones, equilibrado en las acciones de juego y en el marcador e incluso que llegó al intercambio de agresiones, la UTE ganó, la noche del viernes, 119-111 a Mavort, y empató a 1 la final de la liga nacional de básquet femenino; y anoche se jugaba el encuentro definitivo.

El cuadro constructor estuvo casi siempre adelante en el tablero, pero sin mayor diferencia. El primer parcial culminó con solo dos puntos de ventaja para Mavort (28-30). Al final del segundo, se registró un empate (a 63), de los muchos que se dieron en el partido. En el tercero, nuevamente las constructoras pasaron adelante (85-89).

Y en el cuarto periodo, sin Jéssica Preciado, Victoria Morales y María José Vinueza, quienes fueron reemplazadas porque completaron el límite de faltas, las tecnológicas con dos puntos conseguidos por la paraguaya Paola Ferrari empataron a 107, a falta de dos minutos y 30 segundos de juego.

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Lo que se vino luego fue vibrante. La misma Ferrari, la mayor encestadora con 43 puntos, con tres tiros libres, puso a ganar a la UTE (110-109). Antes, la senegalesa Astou Traore, la segunda en efectividad con 40 unidades, había puesto 107-109 a favor de Mavort.

En los segundos finales con canastas de Ferrari, Gisela Vega y Tatiana Patiño, la UTE sentenció el triunfo de las universitarias 119-111, marcador que fue el de mayor puntaje durante esta liga nacional.

Lo malo de la jornada en el coliseo Julio César Hidalgo, ante cerca de mil aficionados, fueron las agresiones verbales y físicas entre las hinchadas. Ese ambiente calentó los ánimos de Juan José Pidal y Paúl Beltrán, técnicos de UTE y Mavort, respectivamente, quienes terminaron insultándose. Los dos fueron expulsados, pero por resolución de la Comisión Técnica, al ser una agresión solo entre ellos, explicó Luis Cedeño, miembro de este grupo, sí pudieron dirigir anoche.

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El juego culminó, pero las provocaciones continuaron en los exteriores del Julio César Hidalgo, donde pocos policías intentaron poner orden.