AGENCIAS
BUENOS AIRES.- Por primera vez en su centenaria historia River Plate, uno de los clubes más populares del fútbol argentino, está al borde del descenso porque Belgrano de Córdoba lo puso de rodillas al doblegarlo 2-0 en la ida de una de las series de repesca por la permanencia en la máxima, la noche del miércoles pasado.

River, máximo campeón de Argentina con 33 títulos, diez más que su escolta Boca Juniors, necesita ganar a Belgrano, que proviene de una categoría inferior, por dos goles de diferencia para permanecer en primera división. Los millonarios jamás habían jugado una promoción; los cordobeses lo hacen por sexta vez. El desquite está previsto para este domingo en el estadio de River.

Con sus futbolistas desmoralizados y sin hablar con la prensa desde hace dos semanas, River Plate acumula ocho partidos sin vencer, mientras que Belgrano llega en alza de la segunda división.

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River, Boca e Independiente son los únicos grandes del balompié gaucho que nunca han perdido categoría; Racing y San Lorenzo vivieron ese drama.

Media docena de aficionados riverplatenses entraron al campo tras el segundo gol del Belgrano, insultaron cara a cara y empujaron a varios jugadores del equipo, hecho por el cual el partido estuvo interrumpido durante 19 minutos.

La policía de Córdoba reforzó las medidas de seguridad alrededor de la plantilla riverplatense en su traslado al hotel, durante su descanso y en el aeropuerto de esa ciudad.

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La policía explicó ayer que se mostró pasiva para evitar una desgracia en las tribunas cuando revoltosos invadieron la cancha para increpar y empujar a jugadores de River Plate.

"Siento mucho dolor por este presente de River. Jugando así, será difícil que pueda remontar el 2-0", comentó Sergio Batista, entrenador de la albiceleste y exvolante rojiblanco.

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"El partido estuvo 20 minutos detenido, pero se reanudó tras la actitud indignante de la barra millonaria, que ingresó al campo de juego para increpar a los jugadores. Un verdadero bochorno en la ida de la Promoción", dijo diario Clarín.

"¿Podrá haber un milagro?", se preguntó Olé; "Un papelón y al borde del abismo", dijo La Nación del eventual descenso.