AP-EFE
LONDRES.- Una sinfonía dirigida magistralmente por Lionel Messi dio ayer al Barcelona su cuarto título europeo y le abrió las puertas al olimpo de los grandes equipos de la historia. El equipo catalán volvió a tocar el cielo en Wembley, donde se coronó por primera vez en 1992, y ofreció un recital de fútbol.

El Barça se impuso 3-1 al Manchester United en la final de la Liga de Campeones con goles de Pedro Rodríguez, Messi y David Villa.

El partido fue el resumen de la determinación del fútbol ofensivo del Barça. Iluminados por la clarividencia de Messi, que parece de otro planeta, la calidad de su pareja de creadores (Xavi-Iniesta) y la definición de la dupla Villa-Pedro, la victoria de los del entrenador Josep Guardiola ante los ingleses fue incontestable.

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Tan apabullante fue el dominio del Barcelona que en el Manchester no brilló el goleador mexicano Javier Chicharito Hernández y el desequilibrante ecuatoriano Antonio Valencia estuvo más ocupado en defender que en desbordar.

En un gesto de toda la plantilla, Eric Abidal fue el encargado de levantar el trofeo al cielo de Londres. El francés, titular ante la baja de Carles Puyol, se recuperó en marzo pasado de una cirugía para extirparle un tumor en el hígado.

Tras unos primeros minutos en los que Manchester presionó la salida y llegó a dominar la posesión, el Barça tomó las riendas del compromiso y jamás las volvió a ceder.

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Xavi, Iniesta y Messi hicieron de las suyas obligando a los jugadores del United a correr detrás de la pelota. El surcoreano Park, un volante con dinamismo y llegada, se vio limitado a un papel de perro de caza con Messi como blanco principal.

Los de Ferguson noquearon al Barça durante los primeros 10 minutos. Acorralados por el empuje inglés y una presión asfixiante, el equipo catalán capeó el temporal como pudo.

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Todo cambió a partir del cuarto de hora. Iniesta y Xavi empezaron a controlar el ritmo y Messi se hizo omnipresente en el puesto de falso delantero que Guardiola inventó para él.

La jugada del primer festejo llegó a los 27 minutos. Aprovechando el desajuste defensivo de United, Xavi condujo hasta la frontal, Messi arrastró a dos defensas hacia el interior del área y Pedro se quedó solo. El delantero español recibió un magistral pase de Xavi y resolvió con un disparo raso pegado al palo izquierdo ante la media salida de Edwin van der Sar.

Cuando mejor pintaba la cosa para el Barcelona, Manchester igualó y se dio una inyección de confianza. Wayne Rooney recuperó un balón dividido tras un saque de banda, tiró una pared con Ryan Giggs y el artillero remató con potencia y colocación al ángulo derecho de Víctor Valdés (34m).

La final estaba abierta, pero fue solo un espejismo.

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La segunda mitad fue definitivamente la de Messi. El Barcelona siguió dominando el balón y el argentino parecía clonarse, apareciendo por todos los sectores. El gol de la Pulga llegó a los 54m, con un disparo desde la media luna.

A los 69m, Villa colocó un disparo muy ajustado a la escuadra izquierda del portero holandés para sentenciar el partido y poner el título en bandeja al Barça, el mejor equipo del mundo.

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GOLES EN LA FINAL
Antes de recibir tres tantos del Barça, al Manchester United solo le habían anotado tres en toda la actual Champions.