El edificio volcánico del Tungurahua presenta fisuras por las que se escapan gases a manera de fumarolas. Estas fueron visibles el pasado martes, unos 1.000 metros bajo del cráter, en el lado occidental, según imágenes captadas por el Instituto Geofísico, entidad que vigila la actividad del volcán, en erupción desde hace 11 años y que hace dos semanas registró una reactivación.