Por Jorge Barraza (jbarraza@sinectis.com.ar)
.- ¿Cómo fue la escenografía de Manchester al amanecer del domingo 15.? Un lugar desierto inundado de botellas, papeles, casas embanderadas de blanquiceleste y de rojiblanco, gorros y bufandas perdidos en el festejo, pisoteados, cornetas olvidadas, algunos borrachos durmiendo su alegría en una plaza, enfundados en una camiseta de fútbol.

Y montañas de diarios eufóricos, planchados, listos para ser devorados como pan caliente por varios millones de aficionados. ¿Quién durmió en la noche más alegre de la historia manchesteriana.?

La felicidad tiene la forma de una pelota de fútbol. ¿No.? Preguntémosle a los habitantes de Manchester, la primera ciudad industrial del mundo, que ahora es la primera en fútbol, o sea en felicidad. El sábado 14 de mayo del 2011 quedará grabado en oro como el día de más júbilo de sus casi dos mil años de existencia. Con diferencia de tres horas, Manchester United y Manchester City, sus hijos pródigos, se coronaron campeones nacionales. Ambos con aditamentos especialísimos.

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A primera hora de la tarde, el indestructible United de Alex Ferguson se coronó en Blackburn. Los últimos diez minutos fueron dramáticos. Iba 1 a 1 y no quería arriesgar absolutamente nada, por eso se pasaban la pelota casi vergonzosamente de un zaguero al otro, este al arquero, al lateral. Es que el empate le daba el título y la posibilidad de descansar trece días antes de jugar la final europea ante el Barcelona. No era cuestión de perder y tener que poner otra vez el domingo a los titulares. El Barça también fue campeón anticipado y podrá relajarse dos semanas.

Adicionalmente, los Diablos Rojos obtuvieron su corona número 19 y, después de una vida esperándolo, pasaron por fin al Liverpool como el equipo más ganador de Inglaterra: 19 a 18. El City es el eterno rival de la ciudad, aunque el Liverpool es el archienemigo deportivo. Por eso tanta algarabía.

A la llegada de Alex Ferguson, en 1986, el "Unidos" era ya ultrapopular, el club de Bobby Charlton, Dennis Law y George Best, aunque solo contabilizaba 7 coronas contra 18 del Liverpool. Sir Alex junto con su hijo deportivo Ryan Giggs ganaron doce ¡Y Liverpool ninguna.! De allí que sus hinchas celebraran mostrando un cartelito con el número 19.

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A punto de cumplir 70 años de edad y 25 en el club, Ferguson no se conforma: "No cambia nada. No voy a tomármelo con calma porque ganamos otro título. Esperamos ser mejores la próxima temporada. Con suerte estaremos añadiendo dos o tres jugadores este verano. Queremos mejorar. No cambia la ambición del club. La década del ochenta fue del Liverpool, ahora es nuestro momento; sabemos que ellos siempre buscarán desafiarnos, así como el Manchester City. Lo grandioso de nuestro equipo es que aceptamos esos retos. Sin importar de dónde vengan".

El genial reclutador de jugadores tiene ahora entre manos un trío que combina excelencia, personalidad y juventud: el extraordinario Wayne Rooney, el fantástico delantero mexicano Javier Chicharito Hernández y el tremendo, impetuoso ecuatoriano Antonio Valencia. Ellos son la base del sueño de nuevas conquistas.

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El United hizo explotar las redes sociales este fin de semana. Apenas inaugurada en julio del 2010, su página en Facebook reunía hasta el domingo a la noche a 13'654.918 seguidores. Un éxito marketinero fabuloso que, además, mide el notable grado de popularidad de los de Old Trafford en todo el orbe.

Pero si a media tarde la ciudad era una fiesta blanquirroja, unas horas después se tiñó de celeste y blanco. El sufrido hermanito menor, el habituado a soportar con estoicismo las fiestas de su prodigioso adversario, esta vez no tuvo que encerrarse en casa a esconder su rabia. También salió a las calles y la pintó con sus colores, abarrotó los pubs, agotó las cervezas. Y gritó su emoción.

El City ganó un título después de 35 años. Y nada menos que la Cup, la codiciadísima Copa Inglesa, que goza de extraordinaria reputación en el país de William Shakespeare. Con varios agregados. Entró en la Champions después de 42 años. Y llegó a la final eliminando al mismísimo Manchester United. Demasiado perfecto como para soñarlo siquiera. Pero fue real.

Es tal la rivalidad entre ambos clubes que en la página oficial del City aparece la tabla de la Liga, pero solo desde el segundo hacia abajo; no figura el primero (el United).

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El City comenzó una nueva era en el 2008, cuando un poderoso grupo empresario de Emiratos Árabes compró las acciones del club en $ 345 millones. A esto se le sumaron otros $ 550 millones en contrataciones, siendo el presupuesto futbolístico más alto del mundo junto al del Real Madrid, pero a menos de tres años, el equipo le dio una satisfacción importante. Ahora van por todo. Yaya Touré, autor del gol en la final de la Copa ante el Stoke City, lo graficó bien: "Todo lo que venga de ahora en adelante tiene que ser mejor". Ya rompió el maleficio.

Manchester, considerada últimamente la ciudad más moderna de Inglaterra, es también la más feliz. Le va bien en fútbol y con eso es suficiente; todo lo demás se puede arreglar.