En Jilingua Chico, en la zona indígena conocida como Palopo, solo se consume agua entubada, sin potabilizar, y el servicio de energía está a merced de la fuerza de los aguaceros. El único acceso es un camino empedrado donde abundan los tramos intransitables. Las lluvias vuelven larga y costosa la movilización de los pocos productos agrícolas y lácteos que se comercializan.