Los toreros siguen en la subasta de las opiniones porque por fútbol mismo no da pie con bola todavía. Ahora traen a Álex Aguinaga, desde México, donde triunfó largamente como jugador. Respetamos a quien, como Aguinaga, nos alegró con su técnica, su talento desplegado en las canchas, donde hay que reconocerlo, surgía como técnico improvisado de sus propios compañeros. Así fue en el Necaxa, así fue en la Selección.