Cada noche, desde hace dos meses, un grupo de sacerdotes, religiosas, misioneros y laicos se congrega en vigilia afuera de la catedral Nuestra Señora del Cisne de Nueva Loja como muestra de rechazo a la presencia del sacerdote argentino Rafael Ibarguren, miembro de la congregación Heraldos del Evangelio, quien asumió la administración del Vicariato Apostólico de Sucumbíos.