El Clásico del Astillero del pasado miércoles pareció estar predestinado al empate sin goles desde que los técnicos plantearon las formaciones titulares. Ambos entrenadores, Rubén Darío Insúa, de Barcelona, y Omar Asad, de Emelec, se dieron el lujo de dejar a jugadores ofensivos en la banca, e incluso fuera de las convocatorias.