Por Jorge Barraza (jbarraza@sinectis.com.ar)
.- Roja una, aurinegra otra, dos camisetas pesadísimas, asomaron al césped del nuevo Libertadores de América y el estruendo ganó el cielo de Avellaneda. La excitación brotó automática en forma de nerviosismo, de cosquilleo, invadiendo todo el cuerpo. Independiente y Peñarol frente a frente. ¡Qué bello episodio copero! Doce títulos ganados y 16 finales disputadas sumando ambos contendientes. Cuando la Libertadores recién iba por su sexta edición, ya los dos eran bicampeones. Por ello la prensa dio en llamarlo "el superclásico de América".