QUITO
.- De los árboles verdes y frondosos que cubrían buena parte de Quinindé (Esmeraldas) solo quedan parcelas. Desde el aire, es posible observar el cambio de uso de suelo de bosques por cultivos de palma. En otros no queda ni eso. Son grandes extensiones que usan el ganado y los colonos para vivir. Ese cambio de uso del suelo y la desaparición del bosque ha sido paulatino a lo largo de los años. Según el Ministerio de Ambiente, en los últimos 18 años el país perdió 1'228.000 hectáreas de bosque.