Partidarios y adversarios del presidente Hosni Mubarak protagonizaron ayer violentos enfrentamientos en El Cairo que dejaron 5 muertos y 639 heridos, un día después que el Mandatario se negara a abandonar el poder de inmediato, como se lo exigen multitudinarias marchas.

Partidarios de Mubarak, que participaron en concentraciones durante la mañana, irrumpieron al inicio de la tarde en la plaza Tahrir, en el centro de la capital, donde estaban miles de opositores que ocupaban el lugar desde hacía nueve días.

En cuestión de minutos, los dos bandos empezaron a lanzarse piedras, botellas y bombas incendiarias en escenas de caos descontrolado, mientras los soldados observaban sin intervenir. Los opositores dijeron que los partidarios de Mubarak eran miembros de las odiadas fuerzas policiales vestidos de civil, una acusación negada por el Ministerio del Interior.

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La principal figura de la oposición, el Premio Nobel de la Paz, Mohamed El Baradei, llamó al Ejército a intervenir para detener los enfrentamientos, los peores desde que comenzó la movilización contra Mubarak hace nueve días.

Horas antes de los enfrentamientos, el Ejército instó a los manifestantes a poner fin a su movilización. Pero los opositores ignoraron el llamado y no se dieron por satisfechos con la decisión de Mubarak de no presentarse en septiembre, y confirmaron la convocatoria a una manifestación masiva en todo el país mañana, día de oración en los países musulmanes.

Partidarios de Mubarak golpearon y amenazaron a los periodistas que cubrían los enfrentamientos. Cuatro reporteros israelíes y un belga fueron detenidos.

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El Comité para la Protección de los Periodistas, con sede en Nueva York, acusó al Gobierno egipcio de organizar los ataques contra los reporteros para privar al mundo de información independiente.

Los Hermanos Musulmanes, principal fuerza de oposición en Egipto, rechazaron ayer que Mubarak permanezca en el poder hasta septiembre.

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La situación en Egipto es seguida con preocupación en el mundo. Egipto es un aliado de Occidente, uno de los dos únicos países árabes que firmó un tratado de paz con Israel (el otro es Jordania) y controla el canal de Suez, por donde pasa la mayor parte del abastecimiento petrolero de los países industrializados.

La Casa Blanca endureció la postura de los Estados Unidos contra los planes del presidente Mubarak de mantenerse en el poder hasta septiembre, diciendo que las necesidades de cambio son ahora y “ahora significa ahora”.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, advirtió que las protestas en Egipto podrían desencadenar un periodo de “inestabilidad” en la región durante muchos años.

Posición de Ecuador
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, sobre la crisis en Egipto, señaló ayer que “por el bien del país yo no quisiera opinar sobre los problemas del Oriente Medio, tan solo desear que se solucionen de la manera más pacífica posible”.

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“Con Egipto tenemos una gran relación se trata de presidentes que han durado más de 30 anos (...) Si (Hugo) Chávez está diez años ganando las elecciones a cada rato con toda la oposición que tiene ahí sí es un dictador, un totalitario, cruel... El otro (Mubarak) tiene 30 anos, pero como son aliados (de Estados Unidos) no pasa nada, eso sí molesta la doble moral internacional. Pero no quisiera pronunciarme porque tenemos muy buena relación con los países del Medio Oriente”.

Yemen y Túnez
No a reelección
Las presiones de la oposición yemení y de miles de manifestantes lograron ayer poner fin a las aspiraciones de perpetuarse en el poder del presidente del país, Alí Abdalá Saleh, quien anunció que renuncia a prolongar su mandato. El gobernante aseguró que congelará las reformas constitucionales (que le permitirían presentarse a la reelección).

Concesiones
El Presidente yemení dijo: “Voy a hacer concesiones por el bien de esta nación)”. Sin embargo la oposición convocó para hoy a una jornada de protestas, bautizada como “día de la ira”.

Policías tunecinos
El Gobierno tunecino intentaba ayer recuperar el control de los cuerpos de seguridad en el país, aún inestable, destituyendo a 30 mandos de la policía.

Represión
Unos 100.000 policías y miles de afiliados al partido RCD (Reunión Constitucional Democrática) constituían los ojos y brazos del sistema de represión Ben Alí. El Ejército, que se sumó a la revolución negándose a disparar contra los manifestantes, solo cuenta con 35.000 hombres.