Los primeros intentos por urbanizar la ciudadela Kennedy se dieron al pie del estero, en la avenida Francisco Boloña a cargo del ingeniero Francisco Amador Icaza, delegado de la Junta de Beneficencia, que era la dueña absoluta de los terrenos. Él hizo una lotización a lo largo de esta avenida para poblar la zona. Su nombre era lotización Amador.