Casas deshabitadas, pequeñas oficinas de edificios del centro de Guayaquil, e incluso en Milagro, o direcciones inexistentes. Esas son las características de la mayoría de los al menos 20 proveedores que tuvo el hospital Guayaquil (Abel Gilbert Pontón) entre enero y junio de este año. Facturas de venta de equipos, instrumentos e insumos que registran las adquisiciones realizadas por esta casa de salud a esos locales reflejan que, además, los precios que se pagaron son el doble y hasta novecientas veces más de los que oferta en promedio el mercado local.