El artista milagreño Óscar Santillán logró en julio pasado –por segunda ocasión– el segundo lugar del Salón de Julio Pintura Fundación de Guayaquil. La primera vez, hace cinco años, fue con su obra Prácticas degeneradas (de la Escuela Colonial de Guayaquil). Ahora la propuesta se titula La habitación impasible, cuya técnica es pintura removida de la pared.

De este trabajo el jurado resaltó en el acta de premiación “su aporte indiscutible al potencial reflexivo, crítico, metafórico, estético y matérico de la pintura, mediante el uso de estrategias de destrucción y desplazamiento”.

Agregó que “el artista reconceptualiza la neocolonización que sufrió buena parte de América Latina en la segunda mitad del siglo XIX y, de paso, hace un comentario incisivo hacia las instituciones de poder, incluyendo el museo”.

Publicidad

El autor, quien estudia actualmente en Estados Unidos, describió a su trabajo como “una pintura in situ. Es evidente que la obra está completamente hecha de pintura, no hay artilugio pero sí un reto formal bastante complejo”.

Menciona que la estrategia que usó “consiste en extraer o desmantelar algo, para luego recrearlo o reorganizarlo bajo una lógica que le es extraña al material original. En La habitación impasible la pintura de las mismas paredes del museo es removida, así, ese vacío crea una ventana ficticia hacia ninguna parte, mientras la pintura es colocada en el piso, como si fuera una especie de luz en ruinas. Me interesa mucho el poder de evocación de la obra y su economía formal austera”.

La periodista y crítica de arte panameña Adrienne Samos menciona que este tipo de obra ya se ha consagrado en el mundo entero, “y todos los grandes museos que exhiben arte de los siglos XX y XXI las han adquirido para su colección permanente: el Metropolitan y el MoMA de Nueva York, la Tate Modern de Londres, El Pompidou de París, el Museo de Arte Moderno de Sao Paulo, el Banco de la República de Bogotá”.

Publicidad

En tanto, la directora del Salón de Julio, la historiadora de arte ecuatoriana Alexandra Kennedy, señala que la propuesta de Santillán “es un project on site (proyecto en sitio), común desde los años ochenta... Él desea extraer lo constituido (en sentido y función), para reordenar el mundo, intentar vaciarnos de sentidos caducos y redescubrir, por ejemplo, la poética del vivir cotidiano, una especie de contrarrevolución del espíritu, descubrir las presencias tenues...”.

El ensayista y curador argentino Rafael Cippolini refiere que “el Museo tendrá en su colección un proyecto por demás valioso, que podrá reproducir tantas veces como sea necesario y que, a juzgar por las reacciones, nadie podría dudar de que se trata de una obra novedosa. Según me gusta concebirlo, el arte siempre abre fronteras, jamás las cierra”.

Publicidad

Samos añade que la obra de Santillán es una ingeniosa inversión de la pintura sobre lienzo, que tradicionalmente ha sido una especie de “ventana” ilusoria (a partir de la famosa “ventana abierta al mundo” de la perspectiva renacentista), separada, por el marco pictórico, de la realidad circundante.

Santillán explica que La habitación impasible es un bien tangible, “hoy mismo cualquiera puede ir al Museo y tocarla”. Por ser su obra un premio adquisición, el artista explica que sobre la conservación en la reserva del Museo Municipal indica que hay un procedimiento ya estandarizado desde décadas atrás por museos y colecciones privadas de todo el mundo.

“Le he hecho llegar al Museo Municipal un Protocolo, que es un documento que certifica que la obra es propiedad única del museo, y tiene además las instrucciones para reconstruirla cuando la institución convenga hacerlo... Yo no puedo volver a montar la obra si no es con la autorización del Museo”, agrega el artista.

Él desea que su propuesta sea capaz de producir preguntas e incertidumbres “que quiero desarrollar y compartir con el espectador. Nexos inesperados con el mundo, la historia, y la pintura”.

Publicidad

Salón de Julio
La exposición del Salón de Julio Pintura Fundación de Guayaquil se mantendrá abierta hasta el próximo 31 de agosto, de martes a sábado, de 09:00 a 17:30. La entrada es gratuita.

Las ocho propuestas que integran la muestra del Salón (tres ganadoras y cinco admitidas) se encuentran en la sala de Arte Contemporáneo del Museo (Sucre entre Pedro Carbo y Chile, 1º piso).