La productividad dicho en términos simples es la cantidad de trabajo que se necesita para producir un bien o en términos macroeconómicos lo que el conjunto de personas ocupadas produce como país. En esta segunda definición, esta se calcula dividiendo el Producto Interno Bruto por el número de personas ocupadas. Es siempre una dimensión clave del desempeño económico de un país. De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), esta depende de la acumulación de maquinaria y equipos, del ambiente de innovación tecnológica, de la organización del trabajo en las empresas, de la infraestructura física, de las instituciones, pero también del nivel educativo y de salud de los trabajadores. Estas dimensiones que contribuyen a la productividad están relacionadas con la calidad de las políticas económicas y sectoriales que un país se da en el mediano y largo plazo.
¿Cómo nos va como país? Utilizando estadísticas de esa organización uno puede responder que no muy bien. Si tomamos 1990 como año inicial y le damos un valor de 100 a la productividad ese año, para el 2008 esa cifra era de 100,4. ¡Hemos progresado en 0,4% en 18 años! Esa cifra llegó a su momento más bajo en el 2002: 92,5. Sin embargo, desde el 2004 ha estado subiendo, pero no espectacularmente. Me imagino que en estas cifras influyó el aumento de los ingresos petroleros. Esta fuente tiene un cálculo similar para salarios, pero solo hasta el 2004, en que el salario real llegó a un índice de 135,3, tomando 1994 como año base. Ese índice ha subido más aún desde esa fecha con incrementos importantes desde el 2007, pero no tenemos cifras comparables. En pocas palabras, mientras la productividad se estancó, los trabajadores ahora ganan más. Los aumentos de remuneraciones no se tradujeron en aumento del crecimiento económico. Primó en el país una estrategia redistributiva.
¿Cómo nos fue en estos indicadores comparados con otros dos países: Perú y Costa Rica? En el caso de Perú, el índice de productividad alcanzó en el 2008 166,9, es decir, en los mismos 18 años subió en 66,9 puntos, una diferencia enorme respecto de nuestro país. ¿Qué pasó con salarios? El salario real en el Perú subió muy levemente en esos años, lo que parece señalar que las mejoras en productividad no significaron mejores ingresos. Los patronos se apropiaron de la mayor eficiencia laboral. Primó una lógica de crecimiento económico, sin repartición de los frutos del progreso.
En el caso de Costa Rica la productividad igualmente subió, aun cuando no tanto como Perú. Entre 1990 y el 2008 se incrementó en 24,6 puntos. También el salario real subió a 127 para el 2005, pero información de la OIT señala que siguió incrementándose. En el caso de este pequeño país centroamericano las mejoras en productividad se tradujeron en mejoras en remuneraciones. Primó una lógica virtuosa entre crecimiento y redistribución: las dos cifras caminaron de la mano.
Me parece que esta comparación es importante y debe dar luces del camino a seguir para nuestro país. Costa Rica, que combina un muy buen ambiente para el desarrollo empresarial y el crecimiento económico, pero sin renunciar a una lógica redistributiva, aprovecha años de inversión de calidad en educación y salud, una apertura a inversiones externas en actividades económicas de punta, unas instituciones estables. Este país nos da buenas pistas de por donde caminar.