Tras cuatro años del accidente de trabajo que tuvo el 17 de marzo de 1987 y que lo dejó confinado a una silla de ruedas, Alfonso Morales vio que en la ciudad de Baños no había la facilidad para la movilidad de personas con capacidades especiales, razón por la cual rompió las aceras en las esquinas para construir rampas que le permitan transitar.