El ecuatoriano J.C.R.F. (iniciales del nombre que se mantiene en reserva por seguridad), un ex empleado del Ministerio de Bienestar Social y ex militante del grupo guerrillero Alfaro Vive Carajo, fue quien reveló la ubicación de las bases que tenían las FARC en Ecuador durante tres años y, según Inteligencia colombiana, quien cobró una parte de la recompensa por la ‘cabeza’ del segundo líder de la guerrilla, Raúl Reyes, calculada en unos $ 2,6 millones.