El efecto del metano en el proceso de calentamiento global de la atmósfera se ha subestimado en exceso, según un estudio estadounidense que sugiere que los modelos y los controles actuales de emisiones deberían ser revisados.

El profesor Drew Shindell, del Instituto de Estudios Espaciales NASA Goddard de Nueva York, dirigió el estudio, cuya conclusión principal es que el impacto del metano en la temperatura global del planeta es un 30 por ciento mayor de lo que se pensaba hasta ahora.

El problema, según Shindell, es que las estimaciones realizadas hasta ahora no han tenido en cuenta la interacción del metano con los aerosoles, la mezcla heterogénea de partículas solidas o líquidas suspendidas en un gas que hay en la atmósfera.

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Cuando este efecto indirecto es incluido, una tonelada de metano multiplica por 33 -y no por 25 como se pensaba hasta ahora- el efecto de calentamiento de la atmósfera que tiene una tonelada de dióxido de carbono (CO2) en un periodo de cien años.

En declaraciones al diario británico "The Times", este científico expresó la importancia de adoptar medidas que permitan frenar las emisiones de metano, procedentes principalmente de la ganadería, el cultivo de arroz y las explotaciones de carbón y gas natural.

Se calcula que el metano es el segundo gas de efecto invernadero con mayor impacto en el calentamiento global, por detrás del CO2, y el responsable de un quinto del aumento de las temperaturas.

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La ventaja sobre las emisiones de CO2 es que el metano se descompone mucho más fácilmente, por lo que el efecto de las medidas para contrarrestarlo se notarían con mayor rapidez.

Shindell subrayó que este tema debe tener una importancia capital en la cumbre del clima que se celebrará en Copenhague en diciembre.

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"Para los cambios del clima a largo plazo, no hay manera de sortear los efectos del CO2. Es el problema principal y dura cientos de años, pero si tuviéramos un esfuerzo concertado para hacer frente a otros gases podríamos tener un impacto muy grande a corto plazo", dijo el científico de la NASA en sus declaraciones a "The Times".

Shindell publicó su investigación en la revista "Science", en un artículo en el que también sugiere la posibilidad de los pronósticos sobre los efectos del cambio climático sean demasiado optimistas.

El último informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, publicado en 2007, predice que la temperatura global del planeta aumentará entre 1,1 y 6,4 grados C en el siglo XXI.