De enero a agosto de este año el Gobierno de Rafael Correa ha hecho una inversión en publicidad de $ 11’386.870, un 20% más que en el mismo periodo del 2008.

Según Infomedia-Ibope Time, en esos meses del 2009 la inversión supera  $ 2’057.424 a la del 2008; la mayor pauta publicitaria de refleja en abril del 2009 ($ 1’731.765); es decir, en la campaña para las elecciones del pasado 26 de abril.

La coyuntura electoral de este año provocó altos picos de gasto publicitario estatal en marzo y abril, que llegaron a duplicar los rubros del mismo periodo en el 2008.

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En marzo del 2009,  la inversión  alcanzó $ 1’592.704; frente a los $ 897.392 que se utilizaron en marzo del año pasado. En abril del 2008 el gasto llegó a $ 762.578.

Un fenómeno similar se registró en el 2008, entre junio y agosto, antes del referéndum aprobatorio de la Constitución (el 28 de septiembre). No obstante, este año en el mismo periodo, lejos de la campaña y las elecciones, los rubros destinados a la publicidad gubernamental no evidencian una diferencia importante.

Por ejemplo, en julio pasado el Estado destinó $ 1’386.962; mientras que en julio del 2008, antes del referéndum, gastó unos $ 1’592.613.

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Según analistas políticos consultados, la publicidad gubernamental que hoy se observa  a todas horas y hasta en los partidos de las eliminatorias de la selección de fútbol, como en época de campaña, va más allá de las elecciones y de la popularidad del presidente Rafael Correa.

Para Felipe Burbano, catedrático de la Flacso, el Gobierno utiliza las campañas publicitarias como mecanismo para neutralizar las versiones opuestas que vienen desde la prensa. “En la medida en que se ha ido polarizando esa relación (con la prensa) es que el Gobierno siente que tiene que estar más presente en el medio para neutralizar el impacto de la información”, explica Burbano.

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Aunque reconoce que el tema de la popularidad sí podría estarle preocupando al régimen, considera que este ha dependido desde el inicio de la comunicación política, por ello está en campaña permanente.

En ello coincide el politólogo Simón Pachano, quien considera que la idea de fondo  es tener a una ciudadanía “permanentemente bombardeada con publicidad gubernamental, con la visión que da el mismo Gobierno de las cosas”.

Esto no implica necesariamente propagandas sobre obras, sino también a favor de la Revolución Ciudadana, como se observó en las franjas publicitarias de los últimos partidos de la selección de Ecuador.

Las cadenas sobre temas como la Ley de Educación o la evaluación a los maestros trataron en su momento de contrarrestar las opiniones de la oposición, por ello la publicidad permanente, señala Pachano.

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Estas cuñas en los medios son una estrategia comunicacional complementaria con los enlaces sabatinos y las declaraciones en los medios, opina el publicista Andrés Seminario.

“En los enlaces sabatinos está la versión del Presidente, pero tiene  como contraparte las reacciones de quienes están en desacuerdo, pero la publicidad no está teniendo como contraparte publicidad de la oposición, por eso son complementarias”, resalta Seminario, como una fortaleza de la estrategia.

Agrega que el aumento del gasto en publicidad gubernamental “está vinculado a la teoría que sostiene que a mayor frecuencia de pauta, mayor recordación”.

Esto, porque en el mundo de las marcas políticas  la competencia es constante, “en la medida en que uno retira su marca de esa competencia ¿quién ocupa ese espacio?”, otras marcas, responde.

El encuestador Santiago Pérez descarta que el aumento de la publicidad del Estado responda a un interés por mantener el nivel de aceptación del Presidente, que asegura se mantiene en el 60%.

Ventajas
Según el publicista Andrés Seminario, la fortaleza de la campaña del Gobierno es que no es monotemática, tiene varias versiones. “Si bien todos tienen el cierre común de la Revolución está en marcha y una línea gráfica sostenida, los mensajes no son exactamente iguales los unos con los otros”.

Desventaja
Añade que al realizar campañas con tanta presencia en los medios existe el riesgo de que la frecuencia exceda los niveles de tolerancia de los televidentes, los radioescuchas y lectores. Esta saturación puede convertirse en un boomerán que funciona en contra de quien está anunciando excesivamente.

Pautar en los partidos
La publicidad estatal en los partidos de la selección es una estrategia ganadora por el nivel de audiencia que genera, indica Seminario.

Opiniones

Andrés Seminario
Publicista
“El Presidente y su Gobierno no se pueden dar el lujo de retirar su marca, eso implicaría una baja de su popularidad”.

Felipe Burbano
Analista político y sociólogo
“Esto hace parte de un conjunto de mecanismos que refuerzan el capital político de Correa”.