Juan Vicente Lezcano apareció en la primera de Olimpia en 1955 y el éxito lo abrigó de entrada: fue hexacampeón paraguayo entre 1955 y 1960. A fines de ese último año cambió de camiseta para integrar durante siete temporadas el mejor Peñarol de la historia. Allí hilvanó cinco títulos uruguayos (1961-1962, 1964-1965 y 1967), la Copa Libertadores y la Intercontinental 1966. Había que jugar mucho para, en esa época, ponerse la malla aurinegra. Pero lo que Peñarol necesitaba, a Lezcano le sobraba: dureza y agallas, armas esenciales para un zaguero de cuadro grande.