Por: GISELLA RONQUILLO, MARIELA CEVALLOS.- Fabricio Correa Delgado, el hermano mayor del mandatario Rafael Correa Delgado, se define a sí mismo como un tipo "razonablemente listo" que, durante 25 años de actividad empresarial asociada a la ingeniería, pudo forjar algún "patrimonito" cuya cuantía, por el momento, asegura desconocer.

Recién podrá determinarla a fines de junio, dice, cuando llene la declaración patrimonial que el Servicio de Rentas Internas (SRI) exige a los que tienen bienes por más de $ 200 mil.

Pese a la fortuna acumulada,  Fabricio dice que tiene un estilo de vida austero y, para demostrarlo, exhibe su reloj Seiko, comprado hace 20 años.

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No obstante, se codea con millonarios como Juan Eljuri (de quien el Presidente ha dicho que debería pagar más impuestos), quien le alquila la suite 1505 del hotel Marriott todos los miércoles que va a Quito por negocios o para saludar a Rafael. Eljuri le envía su chofer al aeropuerto para que lo recoja.

El mayor de los Correa calcula que posee unas 20 empresas, entre constructoras, inmobiliarias y de servicios, que conforman un holding (consorcio).

Dos, Engineering International Consultants Corporation e International Energy Overseas Corporation, están domiciliadas en Panamá.

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Las adquirió en el 2007 al bufete jurídico Morgan&Morgan, especializado en proveer empresas llamadas "de papel", porque quería levantar una suerte de barrera "para evitar que se llegue a mí, pues todo lo que yo haga se va a satanizar", admite Correa, de 50 años.

Con otras tres (Helptec, Cosurca y Megamaq), Correa obtuvo contratos de obras en el sector público por unos $ 54 millones  durante los dos últimos años de gestión de su hermano. Y para cumplirlos, se ha endeudado por $ 18 millones en maquinaria especializada.

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Cree que ninguna norma jurídica se lo impide; la Ley de Contratación Pública prohíbe a los parientes del mandatario hasta cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad celebrar contratos públicos, pero nada dice sobre empresas.

Sin embargo, hasta los asambleístas del movimiento oficialista PAIS han solicitado la información sobre los contratos de obras porque dicen estar "preocupados". El contralor Carlos Pólit, quien invitó a Fabricio al matrimonio de su hijo Michell en el Club de La Unión de Guayaquil, anuncia que indagará esos contratos.

"Soy empresario hace 25 años; el señor (Rafael) es político hace tres. El que tendría que retirarse es él", dice con ironía y una sonrisa el hermano del Jefe de Estado,  cuando defiende los contratos.

El mayor de los Correa inició su tránsito por la contratación pública en el 2000, durante el Gobierno del que llama su "padre espiritual", Gustavo Noboa, tras la crisis económica que afectó a bananeros y camaroneros, a los que vendía bombas de agua y estaciones de bombeo.

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Aplitec, la empresa que fundó  con su esposa Tatiana Zenck, firmó ese año un contrato con Codeloro para construir canales de la represa Tahuín, en El Oro; pero el organismo decidió terminárselo unilateralmente por supuestos retrasos.

Él alega que Codeloro no cumplió con su parte del acuerdo (por ejemplo, no había expropiado completamente los terrenos de la construcción) y que funcionarios de mandos medios quisieron que les pagase coimas para beneficiarlo.

Por ese caso planteó varios litigios legales que aún no se resuelven. En ese proceso, al que denomina su "lucha contra la corrupción", Aplitec perdió su fábrica de $ 2 millones.

Correa se desvinculó temporalmente de sus negocios desde mediados del 2005 para empezar a trabajar con su hermano en la campaña hacia Carondelet, tras su esporádico paso por el Ministerio de Economía en el Gobierno de Alfredo Palacio.

Él se atribuye la idea del nombre del movimiento PAIS (Patria Altiva i Soberana); cuenta también que no estaba de acuerdo con centrar el discurso político en  los cinco ejes de la revolución ciudadana. "No me los sé ni los entiendo", dice con su habitual sentido del humor.

Fabricio se dedicó a conseguir los fondos para financiar la campaña, acudiendo a sus contactos empresariales. Y hasta allí, afirma, llegó su intervención política ya que su hermano pidió a la familia alejarse.

Su hermana Pierina no hizo mayor caso a ese pedido y decidió participar como candidata a asambleísta, en el 2007, y a prefecta del Guayas, en los comicios de abril pasado. Y perdió ambas elecciones.

Para la primera postulación, Fabricio y Pierina formaron el movimiento Revolución Ciudadana en Democracia (RCD, las mismas iniciales del nombre del mandatario), con lo cual se ganaron una reprimenda pública de su hermano menor.

Fabricio y Rafael tuvieron fuertes peleas, con gritos incluidos, en otras dos ocasiones, revela el contratista. 

Vísperas de la Navidad del 2006, acudió a la oficina del Presidente en las torres Whimper, en Quito, para conversar sobre el pago de los sueldos de la gente contratada para armar la transmisión presidencial.

"Rafael era tan exquisito que exigía que le pidamos cita. Así lo hice, a través de su asistente, Homero Rendón, que no le dijo nada", recuerda Fabricio.
Rafael salió de su despacho y, a gritos, enojado, le recordó que  no atendía a la gente sin aviso.

"¡A mí no me alzas la voz. La  incompetencia de tu gente no la voy a pagar yo. Yo pedí cita ayer, vengo a hacer un trabajo tuyo que es pagarle a tu gente... A mí me bajas la voz y me respetas, por muy Presidente que seas!...
 Y no sé que más le dije", recuerda Fabricio, quien luego del incidente se regresó a Guayaquil sin hablar con él.

Los  Correa tenían previsto pasar la Navidad juntos en casa de Fabricio, pero este suspendió la reunión. No lo recibiría hasta que se disculpara.
Ambos se "amigaron"  en enero, durante un almuerzo familiar en el hotel Oro Verde.

La segunda pelea ocurrió, según Fabricio, por causa del entonces ministro de Gobierno, Gustavo Larrea, quien lo acusó de querer "cogérsele" a los llamados "diputados de los manteles" (los suplentes de los 57 que fueron destituidos por el Tribunal Supremo Electoral por oponerse a la consulta popular que luego aprobaría la Asamblea Constituyente).

Los alternos (que salieron de un hotel tapados por manteles para no ser identificados) pidieron al Gobierno que, hasta que se principalizaran, pagara su permanencia en Quito. Y el pedido fue atendido por él.
Fabricio organizó una reunión en la que les presentó al contador de PAIS, Víctor Barahona, que tenía un remanente de los gastos de campaña.
"Cualquier cosa que requieran le preguntan a él y yo veo como saco los fondos", les dijo.

Enseguida cedió la palabra al enviado de Larrea, Andrés Valdiviezo, que abordó con el grupo los temas políticos.

El mandatario llamó a su hermano para pedirle explicaciones por la queja de Larrea.  Fabricio, a gritos desde el otro lado de la línea, la desmintió.

Pese a estos roces, los hermanos Correa tienen una relación afectuosa, lo cual no impide que el mayor cuestione al menor su apego por el "socialismo del siglo XXI". ¿Y usted cree en el "socialismo del siglo XXI"? "Yo solo creo en Rafael".

Detalles
Contradicciones
Fabricio Correa asegura que su abogado, Joffre Campaña, le recomendó al bufete Morgan & Morgan para crear las empresas  en Panamá: Engineering International Consultants Corporation e International Energy Overseas Corporation. En cambio, Campaña dice: "Yo no he recomendado jamás comprar empresas panameñas. Cuando yo empecé a asesorarle, esas compañías ya existían, de lo que yo conozco...".

Contratos
Las empresas adjudicatarias  de contratos de obras con el Estado son: Megamaq, Cosurca, Helptec, Consorcio Rellenos y Plataformas  y Consorcio Amazónico.

Algunas de esas compañías están a nombre de sus familiares, como de su madre, Norma Delgado (quien es accionista de Malasoma), su sobrino político, Federico Zenck (accionista de Negolíder) o su socio Máximo Villavicencio (de Megamaq).

Empresas
Correa también constituyó empresas  que son propietarias de su casa, su hacienda y sus vehículos.

Fideicomisos
Fabricio Correa asegura que todos los recursos que el Estado le entrega por sus contratos y los pagos de sus deudas están en fideicomisos que los administran.