Dicen en Blak Mama que “en el armario hay piezas que nos quieren sobrellevar”, y escudándose en la literalidad de esta frase, se podría decir que esas piezas se tomaron la paródica alfombra roja de su lanzamiento. Ese hecho en sí es un primer efecto de esta extraordinaria película que se percibía –aun antes de ser mostrada públicamente– como la expedición de una visa para abrazar el absurdo, para liberarse de convenciones mojigatas y códigos sociales, fue el permiso para abrir el armario y leer “USA-ME” en las prendas más estrambóticas, psicodélicas o rimbombantes.