Al gobierno de EE.UU. no le importó la huelga de hambre de los niños para que Maricela Soza permaneciera a su lado.

Los dos hijos de la mujer nicaragüense querían frenar su deportación. No tuvieron éxito, fue enviada ayer a Managua, manifestó su abogado Alfonso Oviedo Reyes.

La Junta de Apelaciones de Inmigración rechazó una moción para reabrir el caso y se negó así a detener la deportación de Maricela Soza, de 32 años.

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“Vamos a pedir la reapertura del caso ante la Corte Federal de Apelaciones de Atlanta porque el esposo está aquí todavía, y el caso tiene vigencia, expresó el letrado, y explicó que mientras el caso no se resuelva en ese tribunal, la mujer deberá permanecer en Nicaragua. Podría llevar meses antes de que la corte tome una resolución”, aseguró Oviedo.

Soza fue detenida en diciembre en su casa por permanecer en Estados Unidos sin documentos.

Su esposo y padre de los niños, Ronald Soza, de 42 años y también nicaragüense, permanecía en contacto telefónico con sus hijos, pero escondido por temor a ser arrestado pues también está indocumentado.

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Cecia y Ronald Soza, de 12 y 9 años, respectivamente, comenzaron el lunes con el ayuno y lo continuaron hasta la tarde de ayer, cuando Alfonso Oviedo les informó que su madre había sido deportada.