El 3 de octubre de 1849, un hombre aparentemente desconocido fue hallado tirado en una calle de la ciudad de Baltimore (EE.UU), embriagado y en  estado de inconciencia. Fue llevado de emergencia a un hospital,   donde durante varios días estuvo delirando y diciendo frases incoherentes, llenas de terror. Murió  el 7 de octubre, sin haber logrado jamás recuperar la conciencia.