José Angel Roque llegó a San José el 4 de diciembre procedente de La Habana con un pasaporte falso hondureño y un billete para un país sudamericano, pero decidió quedarse en Costa Rica donde su avión iba a hacer escala.

Desde entonces el cubano "vive" en una sala del área internacional del
aeropuerto Juan Santamaría, a la que ha denominado "la pecera". Duerme
sobre seis sillas, se alimenta con comida que se sirve en los aviones y
no puede realizar llamadas telefónicas, según el diario La Nación.

La
suerte del cubano depende de un fallo de la Sala Constitucional, la
máxima autoridad jurídica del país, sobre el recurso de hábeas corpus y
el pedido de refugio que ha interpuesto, ya que alega que está
perseguido en la isla.

Publicidad

"Si me mandan a Cuba, voy preso", declaró al diario La Nación.

La
Sala Constitucional ya había ordenado con anterioridad que se pusiera a
su disposición una cama y se le permitiera hacer llamadas telefónicas
desde el área donde se encuentra para comunicarse con su abogado.

Funcionarios
de Migración aseguran que Roque "no está retenido, sino que se le
impide el acceso al país, porque no cumple con los requisitos".

Publicidad

Mientras
tanto, las autoridades del aeropuerto y la aerolínea en la que viajaba
"son responsables" del cubano, quien buscaba en Costa Rica libertad;
"tengo estudios, no vengo a hacer daño y puedo ayudar mucho en este
país", declaró al diario.

Costa Rica exige a las personas que proceden de Cuba "visa autorizada previa".

Publicidad

En el caso de que los viajeros incumplan esta exigencia, son "devueltos al lugar de procedencia", lo que recae en la aerolínea en la que viajan, en este caso la centroamericana TACA.