Es probable que los votantes jóvenes que llevaron al senador Barack Obama a la victoria en la elección presidencial de Estados Unidos sean conocidos para siempre como la Generación O. Fueron la fuerza que motorizó el amplio alcance de la campaña, abriendo cientos de oficinas de Obama en zonas alejadas, empadronando votantes y convenciendo a parientes viejos de apostar al hombre cuyo segundo nombre es Hussein.