6.003 hombres fallecieron en el 2007 con problemas relacionados con el corazón. Hoy que se recuerda el día mundial se buscan acciones para prevenir el mal.

La mala alimentación,  la vida sedentaria y la conflictividad laboral son tres de los principales factores de un infarto cardiaco o un accidente cerebrovascular (enfermedad de los vasos sanguíneos cerebrales) en los hombres, según los cardiólogos.

De acuerdo a los datos que  maneja el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en el país fallecieron el año pasado 6.003 hombres con enfermedades relacionadas al corazón; de ellos, 1.711 fueron infartos, un promedio de 5 por  cada día.

Estas cifras preocupan a los especialistas porque uno de esos decesos que se registran a diario es de hombres entre 25 y 49 años, cuando lo usual es que ocurra después de los 55.

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El presidente de la Sociedad de  Cardiología del Guayas,  Carlos Veloz,  explica   que el 50% de la población masculina que desarrolla una enfermedad cardiaca es a causa de la mala alimentación  y la ingesta de  calorías que en su mayoría llegan a las 5.000, cuando lo recomendable es de 2.000.

Explica que el infarto se produce porque no pasa oxígeno a la célula miocardia. Esto ocurre porque existe una obstrucción de la arteria u otras causas como vasoespasmos (contracciones del músculo).

La obstrucción, agrega  Raúl Intriago, del hospital Teodoro Maldonado Carbo,  se produce por la acumulación de grasa en las arterias, producto del colesterol alto; la hipertensión, diabetes y sedentarismo.

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Así es el caso de Francisco Valarezo, a quien la vida le cambió radicalmente hace tres años. La hipertensión, el exceso de trabajo, el estrés, la mala alimentación y la falta de ejercicio físico le provocaron un infarto al corazón: un coágulo bloqueó una de sus arterias, afectadas por placas de grasa.

Valarezo sintió un ligero dolor en el pecho, “a la altura del esternón, que se fue irradiando hacia el brazo izquierdo”. Tuvo ahogo, sofocación, sudoración, desvanecimiento y alteración de las palpitaciones.

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Son los síntomas que experimentan el 60% de las personas  que sufren un infarto.
El cardiólogo Roberto Lecaro explica que el dolor que experimentó este  paciente suele trasladarse también hacia el hombro, cuello y espalda.

Y a veces la intensidad puede producir una muerte súbita. A Valarezo le salvó la vida el haber acudido al médico a los 30 minutos de haberse presentado los síntomas. Estuvo internado en el hospital cuatro días y fue sometido a un cateterismo, que es un estudio que incluye la limpieza de la grasa acumulada en las arterias.

Hoy, a sus 46 años, Valarezo   ha reducido el número de las porciones que ingería, asegura que en la mayoría de los días comía patacones en el desayuno, encebollado a media mañana; luego, un almuerzo alto en calorías, pan a la media tarde  y  arroz  con menestra y carne en la noche; todo esto, sumado a la falta de ejercicio, lo llevó a la complicación cardiaca.

Actualmente evita las grasas, se ejercita y no trabaja más de la cuenta ni se deja agobiar por las preocupaciones laborales. Y acude al cardiólogo cada tres meses para el chequeo clínico.

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Su caso es similar al de las 1.042 personas que en el 2007 se vieron afectadas por un infarto al corazón y fueron hospitalizadas a causa de ello.

La cifra corresponde al último informe del Programa de Enfermedades No Transmisibles del Ministerio de Salud, del 2007, que  además señala que el 31,28% de esos ataques se produjeron en Guayas.

El presidente de la Sociedad de  Cardiología  señala que la ciudad vive  una época consumista; debido a las múltiples actividades, las  personas ven las cosas desde el punto de vista desechable: microonda, comida y relaciones rápidas. “La gente come muchas grasas sin pensar que les hace daño”.

Manifiesta que el infarto es la complicación final de un proceso que comienza antes de los 35. Arturo Sánchez, de 32 años, y José Gómez, de 38 (diabético e hipertenso), son una muestra de ello. Estuvieron a punto de infartarse y para evitarlo debieron someterse a un cateterismo cardiaco.

Los infartos son más frecuentes en los hombres, porque no cuidan su alimentación y buscan al médico muy tarde.

Ingerir alcohol
Consumir alcohol en exceso afecta al hígado y sumado al consumo de grasas y cigarrillo tapona las arterias coronarias.

Estrés
El estrés es un factor de riesgo, que afecta más a las personas prepotentes y agresivas. Cuando hay exceso de estrés se descarga mucha adrenalina, lo que hace trabajar más fuerte, rápido y con mayor presión al corazón.

Ingerir grasas
El colesterol es una sustancia grasa (lípido) presente en todas las células del organismo. Pero su exceso contribuye a la formación de placas de grasas y a dañar el interior de las arterias.

No hacer deportes
Se debe realizar  30 minutos de ejercicio al día. Las personas con obesidad tienen la sangre más coagulable, por eso es más fácil que se rompan las placas de grasa y que el coágulo de sangre bloquee la arteria.