<strong><em>‘Magia’ de la edición. Con las mismas imágenes, la pugna política de la U. Católica mostró 2 versiones. El Gobierno y los estudiantes de la Universidad Católica que promueven el No al referéndum constitucional presentaron esta semana materiales audiovisuales sesgados sobre los incidentes registrados el 16 de agosto pasado, pero el régimen, además, muestra imágenes que no corresponden a lo que se dice en la locución.</em></strong> Alberto Centeno Ramírez perdió su identidad. Al menos para el Gobierno que cree que sus padres lo llamaron Andrés, le “heredaron” el Aguirre Plaza y –como si fuera posible trasladar el parentesco– le escogieron como abuelo a León Febres-Cordero.Con estos datos personales el régimen identifica su imagen en el video que difunde sobre los incidentes registrados en la Universidad Católica de Guayaquil, el 16 de agosto. Pero no. Centeno –el verdadero, el estudiante de noveno ciclo de Derecho, el que defiende el No a la nueva Constitución– ni siquiera sabe si “el tal Andrés” existe y asegura no tener relación con el dirigente del PSC, a quien –dice– conoce solo por fotos y la televisión.“Eso ya no se llama manipular, eso se llama mentir”, comenta el joven que ni imaginaba pasar de las pugnas políticas por la Presidencia de la Asociación de Escuela (se presentará como candidato) a los enfrentamientos verbales con un jefe de Estado.Esta es una muestra de cómo se construyeron “realidades audiovisuales” que, aunque se plantearon como auténticas, contienen informaciones falsas o fuera de contexto. Ambos sectores –el Gobierno con un video de 14 minutos difundido en todos los canales desde la semana pasada y los alumnos con uno de 4 minutos pautado solo en RTS– han presentado ediciones parcializadas al mostrar solo una parte de los hechos y, en algunos casos, alterar su cronología.El Gobierno menciona, por ejemplo, que los estudiantes que promueven el No –a quienes califica como “pequeña turba de no más de 20 personas”, cuando se observa a más de 50– se mostraron “más agresivos”. No dice, sin embargo, que funcionarios del régimen y los propios policías agredieron a alumnos. Los estudiantes también omiten insultos, forcejeos con los uniformados que les impedían ingresar al Aula Magna durante el enlace radial y gestos obscenos contra quienes defendían el Sí.En Youtube o a través de los videos captados por sus celulares, los estudiantes difunden su versión de los hechos. Byron Moscoso es uno de ellos. Él, desde la Facultad Técnica para el Desarrollo, muestra a este Diario su celular con más de 20 minutos de grabación continua.Se ve, por ejemplo, que cuando los estudiantes gritan consignas desde una loma (el ingreso para peatones) y hacen gestos obscenos con dirección al Aula Magna, el Mandatario se había retirado 10 minutos antes, aunque en el video oficial no se aclara que él no fue el blanco directo. En las imágenes se evidencia que, una vez que se marchó la delegación presidencial luego de la cadena, simpatizantes del Gobierno que bajaron del Aula Magna no abandonaron el predio universitario y, más bien, algunos se ubicaron con carteles del Sí atrás de los policías para gritar consignas a los alumnos.En un video se observa que, con calma, profesores pidieron a los militantes que –como el acto oficial había culminado– se retiraran del lugar para evitar problemas. Ellos, sin embargo, gritaron que “la Universidad es de todos”; algunos llevaban camisetas de PAIS y pañuelos donde se lee: Asamblea Constituyente. Fue ahí que los alumnos respondieron con consignas como “fuera de mi casa” y algunos, como se ve en el video del Gobierno, con gestos obscenos. En otra toma se observa cómo dos mujeres de más de 50 años le gritan a una joven que, a su vez, responde con insultos. Los estudiantes que defienden el No dicen que fueron “provocados” y muestran videos que –afirman– demuestran que quienes respaldaron el Sí eran, en su mayoría, personas ajenas a la Universidad que llegaron en camionetas con música de campaña de fondo.En la locución oficial se menciona, además, que los medios “nunca pusieron al aire” imágenes de los enfrentamientos que –según el Gobierno– iniciaron los estudiantes. Sin embargo, justo cuando se habla de esta supuesta omisión, se muestran tomas que los propios canales difundieron porque –pese a la franja negra que el régimen colocó en la parte inferior– se pueden distinguir aún los logos que <em>Teleamazonas</em>, <em>Ecuavisa</em>, <em>RTS</em> y <em>Canal Uno</em> ponen en el material que difunden en sus noticiarios. Un ejemplo. La secuencia donde aparece Fabián Burbano, el profesor que registró la presencia de funcionarios municipales, fue tomada de Canal Uno. Otro más. En la imagen donde Karol Solórzano se enfrenta a policías se ve el logo de Teleamazonas, aunque el televidente talvez lo pase por alto si no graba el video y lo observa con pausa.La Católica va más allá y asegura que el Gobierno no solo mostró imágenes fuera de contexto, sino que, además, manipuló tomas. Juan Vizueta, abogado de la Universidad, lo explica: “Hay imágenes reconstruidas, arregladas. En una, por ejemplo, presentan a una estudiante que se ve que va para atrás cuando en realidad va para adelante porque la empujan. Esto generaría un nuevo delito porque los videos tienen categoría de documentos. Sería falsedad de documentos”, recalca.También hay imágenes cortadas o cuyo contenido no corresponde a la locución. Solórzano, por ejemplo, aparece golpeando a los policías en el video del régimen, pero los estudiantes mostraron que primero los uniformados la levantaron del piso con brusquedad. “Esa fue mi reacción por cómo me alzaron y empujaron... Hasta incluyen imágenes que no son de la Universidad, sino de un plantón”.En el video del Gobierno se menciona a once estudiantes como los responsables, pero cuando pone las imágenes de cada uno para demostrar sus “faltas” se observa que solo tres insultan (Roberto Gómez Lince, Rodolfo Baquerizo y Carlos Coronel) y una agrede (Solórzano). También se responsabiliza al resto (Werner Moeller, Francisco Ycaza, Carlos Febres-Cordero, Guido Jalil, Patricia Parodi, Pedro Buitrón y Centeno), aunque no se ven obscenidades, golpes ni insultos. Aparecen junto a otros alumnos que, como ellos, gritan consignas, pero no fueron destacados ni identificados. El periodista Douglas Argüello puso la voz en off en el video de 14 minutos del Gobierno (su productora Ideam brinda “asesorías” en la Policía y el Ministerio del Trabajo) y defiende “el trabajo profesional”. “Solo hice la locución que se ha ido actualizando conforme se ha conseguido material. El texto me llegó de Quito y hay tres versiones con pequeñas modificaciones”.Los estudiantes, en cambio, prepararon su material en la computadora de un compañero que estudió audiovisuales. En estos días, sin embargo, se han dedicado a recopilar más grabaciones para que la Universidad –que prepara su propio video– pueda unificarlas. Entregaron más de 10 horas de filmación que se depuran en una agencia publicitaria, aunque el fiscal Francisco Campodónico, a cargo del caso, explica que ninguna será considerada como prueba, pues no fueron autorizadas por un juez, como dictamina la ley.Andrés Seminario, analista de comunicación política, resume así el panorama: “Cualquier hecho que sale en la televisión deja de ser marginal y el Gobierno entendió primero cómo funciona el juego de la videopolítica. No es solo mostrar imágenes. Es crear una historia. De lo contrario, el televidente interpreta a su libre albedrío. Pero con locución y efectos que dramatizan, ya no caben más interpretaciones”.<strong>EDICIÓN DE UN VIDEO</strong><strong>1<br />Grabación</strong> <br />Se graban las imágenes en cámaras o celulares y se sube todo el material –propio o tomado, por ejemplo, de canales de televisión– a una computadora que cuente con un programa de edición.<strong>2<br />Selección</strong><br />Se revisa el material en bruto (puede durar horas) y se seleccionan los fragmentos, según el concepto o versión que quiera dar. A más de las imágenes, puede incluir locución, fotos, textos o voces.<strong>3<br />Montaje</strong><br />La primera función del montaje es contar una historia. Puede ubicar las imágenes en el orden que prefiera. Y simular situaciones paralelas cuando, en realidad, una ocurrió primero y otra después.<strong>4<br />Ritmo</strong><br />Viene determinado por la duración de planos y la acción que se desarrolle en ellos. Por ejemplo, al “congelar” una imagen se puede dar un efecto de mayor relevancia sobre lo que se cuenta.<strong>5<br />Transición<br /></strong>Existen múltiples formas de pasar de un plano a otro: desde el corte seco (ir de una toma a la otra sin ningún efecto) hasta “transiciones” que disimulan los cortes de la edición.<strong>6<br />Efectos</strong><br />Son técnicas de trabajo –algunas sofisticadas– que pueden ser, entre otras, sonoras, químicas o de movimiento (por ejemplo, rodar la cinta al revés para simular una acción contraria).