Gracias a los montubios del litoral, representados por Cormolit y Codepmoc, que movilizaron delegaciones en nuestro apoyo. Ellos saben y conocen que nos reconocemos en su historia, en lo que son y padecen. A los columnistas que protestaron por lo negativo de la medida tomada. A los investigadores nacionales y extranjeros que desde distintos lugares del país y del mundo nos hicieron llegar su apoyo. Al Consejo Nacional de Cultura presidido por el Dr. Marco Proaño Maya. A los rectores de las universidades del país, especialmente al Dr. Medardo Mora Solórzano. A la doctora Amalia Pallares, de la Universidad de Illinois, y otros investigadores de universidades extranjeras que reconociendo y valorando lo que hacemos en la investigación social y nuestra historia, nos apoyaron y protestaron por la medida. A la solidaridad de la historiadora española María Luisa Laviana Cuetos.

A la Escuela de Comunicación de la Universidad Católica, a las destacadas educadoras, Cecilia Loor de Tamariz y Cecilia Vera de Gálvez, a los distinguidos profesionales que intervinieron en nuestra defensa. A los profesores y estudiantes de colegios y universidades que nos apoyaron y defendieron, y que, además,  estuvieron prestos a movilizarse en las calles. A los estudiantes de la Facultad de Economía de la Universidad de Guayaquil y a los profesores y estudiantes de la Escuela de Turismo de la Universidad Católica, la Politécnica y de la Universidad de Milagro.

A los profesores de escuelas y colegios fiscales, particulares, fiscomisionales, beneficiarios de nuestros cursos de capacitación, que vinieron y mediante oficios nos expresaron su apoyo y solidaridad, y por la decisión de estar dispuestos a salir en nuestra defensa. A todos los que pusieron un grano de arena para hacer que su voz se oiga ante la amenaza de dejarnos sin recursos. Al alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, que nos abrió un camino para hacer un Archivo Histórico autónomo, sin estar expuestos al siempre cambiante estado de ánimo de los políticos.

Gracias a todos ellos porque reconocieron que este Archivo es parte de la historia y de la memoria del pueblo de Guayaquil, litoral y país, pues, somos sus custodios.
Aquí está lo que somos, lo que han hecho nuestros antepasados y su legado histórico. Aquí hay un espacio para todo hombre y mujer de pensamiento libre y democrático que quiera saber sobre nuestra historia que debemos defender.
Gracias por comprender eso, protegernos y defendernos. Gracias a la existencia de la libertad de prensa que por ella pudo el país y el mundo conocer la grave situación que atravesamos. Gracias porque salvaron nuestra historia, nuestra memoria y porque impidieron un forzado silencio.