La viuda del artista y la hija del médico que lo atendió en su clínica proporcionan detalles de su agonía.
Pese a que la salud de JJ se deterioraba, Nancy Arroyo, su viuda, manifiesta que él tenía ganas de vivir. Un día antes de su muerte (ocurrida el 9 de febrero de 1978) evidenció una aparente mejoría.