Desde sus antiguas oficinas en la Congregación para la Doctrina de la Fe, el Papa Benedicto XVI aprobó un documento que precisa las enseñanzas de la Iglesia sobre las relaciones con otros cristianos, reivindicando el título de "única verdadera Iglesia de Cristo" para la Iglesia católica.

Este documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que podría reanudar la controversia con las otras iglesias cristianas, reitera las tesis ya desarrolladas en un texto del 5 de septiembre de 2000, "Dominus Iesus", que había provocado fuertes polémicas en el mundo cristiano.
  
Afirma que su compromiso ecuménico "no significa que la Iglesia católica renuncie a la convicción de ser la única verdadera Iglesia de Cristo".
  
El Concilio Vaticano II "no quiso cambiar y de hecho no cambió la doctrina anterior de la Iglesia" en este punto, afirma dicho documento, que condena "las interpretaciones erróneas" del concilio (1962-65).

Es la segunda vez en una semana que el Papa corrige lo que considera interpretaciones erróneas del Concilio Vaticano Segundo, celebrado entre 1962 y 1965, que modernizó la Iglesia.

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La declaración "Dominus Iesus" publicada bajo la responsabilidad del  entonces cardenal Joseph Ratzinger, en esa época prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, había destacado que en la doctrina católica, sólo la Iglesia católica tiene "la plenitud de los medios de la salvación".

Ahora, el Vaticano busca precisar las intenciones ecuménicas del Concilio Vaticano Segundo, al señalar que algunas interpretaciones teológicas contemporáneas han resultado erróneas o ambiguas y han generado confusiones y dudas.

El documento

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La nueva nota doctrinaria, que lleva el título "Respuestas a algunas  preguntas acerca de ciertos aspectos de la doctrina sobre la Iglesia" ha sido firmada por el prefecto de la Doctrina de la Fe, el estadounidense Wiliam Levada y aprobada por Benedicto XVI el pasado 29 de junio.

El texto, de 15 páginas, escrito con un estilo claro y didáctico, está  dividido en tres partes: una corta introducción, cinco preguntas con sus respuestas y un comentario final.
  
"La vastedad del argumento y la novedad de muchos temas siguen provocando la reflexión teológica, la cual ofrece nuevas contribuciones no siempre exentas de interpretaciones erradas, que suscitan perplejidades y dudas, algunas de las cuales han sido sometidas a la atención de la Congregación para la Doctrina de la Fe", afirma la introducción.
  
En el comentario final se cita inclusive como ejemplo de interpretación equivocada al teólogo brasileño Leonardo Boff, padre de la llamada Teología de la Liberación, quien defendió en un escrito el principio de que la Iglesia de Cristo "podría subsistir en otras iglesias cristianas".
  
El verbo "subsistir", escogido durante el Concilio Vaticano II en vez de "ser" tras arduos debates, fue interpretado por los teólogos liberales como un reconocimiento de las demás Iglesias (ortodoxos y protestantes), que se sienten también "Iglesia de Cristo".
  
"El uso de la expresión 'subsiste en ella', que indica la plena identidad  entre la Iglesia de Cristo y la Iglesia católica, no cambia la doctrina sobre la Iglesia", precisa la nota.
  
"La verdadera razón por la cual ha sido usada es que expresa más claramente el hecho de que fuera de la Iglesia se encuentran 'muchos elementos de santificación y de verdad que, como dones propios de la Iglesia de Cristo, inducen hacia la unidad católica', agrega el texto.

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El Vaticano considera de todos modos que el texto ofrece indicaciones para la continuación del diálogo ecuménico, aunque advierte que para que ese diálogo sea constructivo "es necesaria la fidelidad a la identidad de la fe católica".
  
Otros grupos cristianos no son Iglesias auténticas

En el documento divulgado este martes, el papa Benedicto XVI insiste en la primacía universal del catolicismo, y señala que las religiones ortodoxas presentan defectos y otras denominaciones cristianas no son Iglesias auténticas.

Las iglesias ortodoxas que no reconocen al Papa como el sucesor de Pedro son consideradas "deficientes", mientras que las iglesias "particulares" y las comunidades protestantes que tienen una concepción de la eucaristía y del sacerdocio diferente "no pueden ser llamadas Iglesias", precisa el documento.

Se exponen de nuevo algunas partes relevantes de un documento del 2000, redactado por el Papa cuando era prefecto de la congregación   Dominus Iesus, el cual desató una oleada de críticas de los protestantes y otras denominaciones cristianas por señalar que no eran Iglesias auténticas, sino meras comunidades eclesiales y, por lo tanto, no contaban con los medios de salvación.
  
En el nuevo documento y un comentario anexo -divulgados mientras el Papa vacaciona en los Montes Dolomitas- el Vaticano insistió en esa postura.
    
Cristo estableció aquí en la Tierra una sola Iglesia, señala el documento. Las otras comunidades no pueden ser llamadas Iglesias en un sentido correcto, porque no tienen sucesión apostólica -la capacidad de seguir la sucesión de sus obispos hasta los discípulos originales de Jesús-.
  
En tanto, las Iglesias ortodoxas sí pueden describirse con ese término, pues tienen sucesión apostólica y han contado con muchos elementos de santificación y verdad. Pero el documento considera que a esas religiones les falta algo, pues no reconocen la primacía del Papa, un defecto o herida que las afecta.

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