El Cuerpo de Ingenieros del Ejército trabaja hace ocho años en la vía.

La Macas-Guamote es una vía del olvido y para el olvido, aunque para quien transita por ella por primera vez es una experiencia que difícilmente podrá sacar de la mente durante años. Un viaje por esta carretera es una travesía de 140 kilómetros que dura casi seis horas. Es sentirse al filo de la muerte, es cruzar por nueve correntosos ríos, por decenas de deslaves, por tramos llenos de piedras o profundos baches, por un túnel cuya capa de rodadura es irregular. Decenas de cascadas y las lagunas de Atillo, en territorio de Chimborazo, son como un suspiro en medio del suplicio.